Después de haber repasado 16 errores que han sido perpetrados por Antena 3 en estos veinticinco años desde su nacimiento (aquí la primera y aquí la segunda parte), vamos ahora con la traca final: nueve errores más cometidos por la cadena en su intento de buscar el éxito en las audiencias. Con ellos se cierra el particular homenaje de Teuvemix al 25º aniversario de Antena 3, homenaje que también le caerá a Telecinco cuando empiece a celebrar con pompa y boato sus dos décadas y media de historia. Vamos, pues, con los últimos nueve errores de Antena 3.
Como ya sabéis, el lunes empezó la semana del oprobio a Antena 3 en Teuvemix: arrancamos repasanado ocho errores cometidos por la cadena en estos veinticinco años de trayectoria, a los que se suman estos ocho más que repasaremos hoy. Series fallidas, realities que no había por dónde cogerlos o magacines desastrosos vienen para hacerle compañía a despropósitos como Ellas y el sexo débil, La jaula o Estudio de actores. Vamos, pues, con la segunda parte de los 25 errores de estos 25 años de Antena 3.
Como bien sabéis, queridos seguidores, la semana pasada Antena 3 celebró con alegría, jolgorio y regocijo el 25 aniversario de su nacimiento. Para conmemorarlo, tanto la cadena como los medios han recordado sus programas más emblemáticos, sus momentos más memorables y sus hazañas más remarcables. Y aunque darle pábulo a las cadenas está muy bien, mi mente no ha podido evitar recordar algunos de sus programas más bochornosos, por lo que he decidido rescatar del baúl del olvido aquellos 25 programas, series o realities con los que la cadena de Atresmedia no estuvo especialmente acertada. Arranca, pues, la semana de la vergüenza para Antena 3 en Teuvemix.
Apreciados señores de Atresmedia,
Debo empezar felicitándoles: su recientemente anunciada voluntad de recuperar Pekín express es la mejor noticia televisiva que he escuchado en lo que va de 2015. Ustedes no lo recordarán porque probablemente no lean este humilde blog -aunque deberían hacerlo-, pero hace unos meses publiqué un post en el que incluía Pekín express como uno de los cuatro programas que me urgía que volviesen a la televisión.
Hace pocas horas que Televisión Española ha confirmado lo que todos ya sabíamos, que Edurne será quien represente a España el próximo mes de mayo en Eurovisión. A falta de escuchar Amanecer, el supuesto temazo que ha compuesto para ella Tony Sánchez Olhsson (responsable del Más de Brequette, del Quédate conmigo de Pastora Soler o del -ehem- I love you mi vida de D'Nash), se abre ya la veda para que todos los que tenemos alguna que otra tribuna en el interné desde la que opinar de forma más o menos gratuita podamos alabar o poner a parir vilmente la decisión de TVE.
Terminar las vacaciones de Navidad y volver a la oficina es jodido; esto es así. Más aún cuando uno se ha tirado tres semanas tumbado a la bartola haciendo lo mínimo para no convertirse en un despojo e intentando pasar de puntillas por las obligaciones sociales y familiares que caracterizan las malditas fiestas navideñas. Y ahora que los turrones, las luces parpadeantes, los asados, los cuñados, las uvas y las horas de peregrinaje por el centro en busca de un regalo original que hacerle a la tía Sagrario ya se han terminado, podemos arremangarnos y ponernos manos a la obra para lidiar con este 2015 que empezó con uno de los eventos televisivos más importantes del año: los Globos de Oro.
Sin tiempo ni siquiera para tomar aire después de la victoria de Paula la semana pasada en Gran Hermano 15, la cadena amiga ya está animando el gallinero de cara a la esperadísima tercera edición de GH VIP, que vuelve a Telecinco diez años (¡diez!) después. Como ya suele ser tradicional en los realities con famosos, Kiko Hernández publicó ayer en su blog las descripciones de los doce famosos que entrarán en la casa de Guadalix de la Sierra con el objetivo de recoger el testigo de Ivonne Armant (que es esta señora, por si alguien no se acuerda) en el podio de ganadores de GH VIP.
Y antes de que mi pelaje amarillo empiece a cambiar a verde para convertirme oficialmente en el Grinch y pregonar mi odio a la Navidad ante cualquiera que ose decirme que estas fiestas son estupendérrimas, voy a ponerles nombre y apellidos a las descripciones de Kiko Hernández:
Mañana jueves, tras 89 días de convivencia -ni tres meses, ahí dejo el dato-, las puertas de la casa de Gran Hermano se cerrarán hasta el esperado arranque de la tercera edición de Gran Hermano VIP. Tres son las concursantes que optan a llevarse el maletín en esta final femenina (algo que no se veía, si no recuerdo mal, desde Gran Hermano 8), a pesar de que todos sabemos que la cosa está entre Paula y Alejandra.
A la mañana siguiente de que arrancase Gran Hermano 15, es decir, el 19 de septiembre, publiqué en este bendito blog una entrada en la que aventuraba el posible recorrido de los concursantes en GH15 basándome única y exclusivamente en la primera impresión que me dieron al entrar en la casa. Hoy recupero las predicciones que hice al respecto de las que hoy son las tres finalistas y me pongo a mí mismo en ridículo por tener tan poco ojo. Vamos allá:
Esta mañana, mientras me tomaba el café previo a acometer la jornada laboral, le echaba una ojeada a las páginas de televisión del periódico. En mi absoluta somnolencia no me di cuenta de que hoy es lunes y que, oh dioses antiguos y nuevos, en Telecinco emiten un nuevo episodio de La que se avecina. Con un ansia que ríete tú de Terelu Campos ante una bandeja de magdalenas me dispuse a leer la breve sinopsis del capítulo, y lo que me encontré me dejó desconcertado: "Nuria Roca participa hoy dando vida al personaje que organizará la boda de los Recio". ¿La boda de los Recio? ¿Hola?
No me gusta la Navidad. Detesto que esta época del año cada vez empiece antes (en Barcelona nos encendieron las luces navideñas el viernes 21 de noviembre), odio esos ágapes interminables en los que llegar a los turrones requiere que tu estómago esté revestido de mithril, aborrezco las fiestas de Nochevieja y el garrulismo que les rodea, no puedo con los polvorones y los mazapanes, el turrón de Suchard me produce indiferencia y cada vez que alguien me ofrece una copa de cava de oferta le digo que mejor me ponga una copa de agua de fregar, que sabe igual de mal y probablemente dé menos ardor de estómago. Como veis, soy lo más parecido al Grinch que uno pueda encontrarse, y ni la aparición de los tres fantasmas de las Navidades presentes, pasadas y futuras cogidos de la mano y vestidos de vedette de El Molino conseguirán que me guste la Navidad.
9,2%, 9,6% y 8,5%. Estos tres porcentajes, que bien podrían ser los del concursante menos votado en las expulsiones de las tres últimas galas de Gran Hermano, es el share que ha ido anotando Un tiempo nuevo en sus tres sábados de emisión. El programa en el que Telecinco tenía puestas sus expectativas para recuperar el debate, el análisis, la entrevista y el comentario de la actualidad informativa ha acabado convirtiéndose en poco menos que una pesadilla para la pandilla de Vasile. Ya es oficial que el programa de Sandra Barneda no gusta y que es incapaz de hacerle sombra a La Sexta Noche pero, ¿por qué no convence?
Imaginaos por un momento que lo que pasó anoche en la gala del terror de Gran Hermano no fuese mentira. Es decir, ¿qué pasaría si ahora mismo estallase el apocalipsis zombi en España? ¿Y si de repente reviviese un fiambre, le pegase un mordisco a cualquier persona que estuviese a su alrededor y el virus empezase a expandirse más deprisa que la popularidad de La Pechotes? Si eso pasase y se liase la de Dios es Cristo en España, ¿quiénes estarían más protegidos contra la expansión del virus debido a su aislamiento? Exacto: los concursantes de Gran Hermano. De esa emocionante y alocada premisa parte Dead Set, una miniserie de cinco magistrales episodios que el canal E4 del Reino Unido emitió allá por 2008.