Rememorando 'Community' (4ª temporada)

Hemos pasado el ecuador de 'Community', y en la cuarta temporada ya se nota que algo está cambiando. La creatividad de los guionistas está en todo su esplendor, son inagotables. Se esfuerzan al máximo en crear capítulos temáticos, con constantes referencias a sus propias historias. Esta vez se han atrevido a salir en más ocasiones del Universo Greendale, y hemos conocido hasta la casa de Jeff durante una divertida y excéntrica cena de Navidad.

Las parejas románticas no tienen mucho peso en la comedia que en su día emitió NBC, pero sigue evolucionando la relación entre Jeff y Annie o las idas y venidas de Troy y Britta. Estos últimos deben andarse con cuidado, porque Abed siempre va a estar dispuesto a torpedear a los tortolitos, quiere a Troy solo para él, y eso la pareja lo sabe. Los hemos visto salir a escondidas, desfogarse juntos, romper su relación y hasta intercambiar los roles entre Abed y Troy, para desgracia de Britta, que no dudó en seguirles el juego.

De todos modos, Abed también ha tenido su pequeño idilio, nada más y nada menos que con Brie Larsson. La actriz da vida a una nerd que podría ser la Abed femenina. Son igual de directos, aparentemente sin sentimientos y con todo bajo control. Desconozco si Larsson vuelve a aparecer por Greendale, espero que así sea, sus escenas con Abed han sido divertidas, poniendo en una tesitura completamente nueva al friki del grupo.

Chang ha vuelto a descuadrar a los espectadores, con un cambio radical en su personalidad, o eso quiere hacer ver. El resto del grupo, incluido el imprescindible decano, aceptan la denominada “Changnesia” de Chang, que ahora se hace llamar Kevin. Después de ser el villano de la tercera temporada, intentando estropear Greendale desde su puesto de Guardia de Seguridad, el ex profesor de lengua castellana sigue con su vena maléfica y retorcida, esta vez haciéndose pasar por amnésico para seguir de cerca los pasos de los 7 alumnos a los que tanto envidia y con los que le encantaría pasar más tiempo.

Si hablamos de mis capítulos preferidos, he de decir que todos han sido especiales. Se ha pasado bastante rápido la cuarta tanda, tal vez por ser solo 13 episodios. A pesar de que Shirley no es de mis preferidas, me gustó conocer a su círculo en la cena de Acción de Gracias de la que todos querían escapar o la trama de los alemanes que quitan la sala de estudio a los protagonistas, propiciando una guerra de las que tanto gustan en Greendale.

Sin ser yo de musicales ni nada de eso, el especial en el que todos ellos se convierten en marionetas cantarinas me pareció precioso, con canciones pegadizas y letras cargadas de ironía. También tuvo su aquél el episodio en el que descubrimos que todos estaban de algún modo conectados, desde el pasado. Parece que se van a quedar sin ideas para el resto de temporadas, que encima van a ir perdiendo a parte del equipo.

Las apariciones de Pierce empiezan a ser tensas, cada vez aparece menos en pantalla y en muchas de las escenas está metido con calzador o con primeros planos muy cantosos. Al menos le mantienen hasta el capítulo final, con algunas ausencias de por medio. La batalla de paintball interdimensional es una forma bestial de acabar la cuarta temporada, mezclando dos de las tramas que mayores alegrías ha dado a 'Community'. Combinan la guerra de paintball con las realidades paralelas en las que viven las miles de versiones de ellos mismos. Una locura llena de ingenio.

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