Dale al Stop

Tengo que reconocer que hace unas semanas me equivoqué al proclamar a Glee como la serie revelación de la temporada, porque después de haberme tragado en poco más de dos semanas 18 capítulos (casi la primera temporada completa) de 'Modern Family', he de decir que es la mejor serie del año, y si me apuras incluso la mejor comedia que se ha hecho desde Friends.

La magia de la nueva serie de la ABC está en los personajes, todos ellos son totalmente imprescindibles, y no podría criticar a ninguno de ellos, ni por la actuación de los actores, ni mucho menos por el trabajo de los guionistas al crear dichos personajes. Desde los más mayores hasta los más pequeños, todos ellos tienen una personalidad marcada que engancha y en cada capítulo logran sacarte más de una sonrisa o carcajada, que eso ya es mucho para tratarse de una nueva comedia.

Una vez concluida la última edición de 'Supervivientes' se puede hacer un balance de los aciertos y los desaciertos de la etapa. En primer lugar, hay que reconocer que empezó bastante floja y su recorrido ha sido más bien lento, con demasiados concursantes (en su mayoría 'famosos') de relleno y que pedían su expulsión en las primeras semanas, algo que ha ocurrido desde los inicios del concurso (siempre y cuando se ha hecho con gente medianamente conocida), pero eso se podría evitar haciendo que participaran más anónimos con ganas de vivir la experiencia, sobrevivir, y sobre todo, ganar o competir.

Cuando en Estados Unidos están a unas semanas de estrenar la cuarta temporada de la serie de David Duchovny, en España acabamos de terminar con la tercera parte de 'Californication'. Las aventuras y los líos de cama de Hank Moody han sido mucho más intensos y abundantes que los años anteriores. Como si de una comedia de enredos se tratara, Moody ha estado flirteando y tirándose a tres chicas diferentes, pero que trabajan o estudian en el mismo centro. Además, mientras tanto, seguía intentando reconquistar el corazón de la siempre presente Karen.

Las tres mujeres con las que Hank ha tenido que lidiar esta temporada han sido: la alumna guarrilla (un intento de Mia), la ayudante desinhibida y la profesora estrecha. Todas ellas han dado un nuevo aire al serial de Showtime y han conseguido refrescar una historia que en su segunda temporada parecía que no podía dar más de sí. Los tres nuevos fichajes de Hank Moody se han visto envueltos en un mar de enredos y situaciones cómicas (aunque en ocasiones no tanto). A lo largo del año ha enamorado a un alumno gay, ha roto un matrimonio y una familia consolidada, y lo más importante, ha estado dispuesto a dejarlo todo por volver a Nueva York con Karen.

Las series de y para jóvenes pueden resultar repetitivas, planas y mediocres, pero siempre hay alguna excepción, o siempre podemos decantarnos por un par de ellas para seguir un género que siempre ha estado presente en el panorama audiovisual, sobre todo desde la década de los 90 que es cuando este tipo de teleseries cogieron fuerza y popularidad. Además, si elegimos bien pueden entretenernos y hacer que dejemos de pensar durante unos minutos.

En mi caso, las series de este tipo que actualmente sigo son 'Gossip Girl' y '90210', dos programas de la misma cadena (The CW) que han tenido sus momentos de gloria, a la par de sus días flojos. No meto en el mismo saco a 'Skins', ya que me parece una serie tratada de una manera totalmente diferente y auqnue sea teen no me parece comparable con el resto.

Debo reconocer que entre las comedias que veo actualmente, con las que más me río son con los denominados 'dibujos animados para adultos', ni las sitcom estadounidenses, ni las comedias Made in Spain me hacen pasar tan buenos ratos como dos de las mejores series cómicas del momento: 'Padre de Familia' y 'Padre Made in USA' (o Family Guy y American Dad para los más anglosajones).

Al parecer todo el planeta ha estado atento a la final del mundial de fútbol entre España y Holanda, pero mientras que algunos se entretenían apoyando a la Roja, yo he preferido echar un vistazo a lo nuevo del canal estadounidense Syfy, hablo de la recién estrenada Haven, una serie que podría calificarse como policiaca, thriller o ciencia-ficción, ya que cualquiera de las tres categorías puede ser válida.

Cuando pienso en The Big Bang Theory lo primero que me viene a la cabeza no es la aburrida teoría sobre la explosión que hizo que se creara el mundo en el que hoy día vivimos, sino la cara del grandísimo Sheldon Cooper, ese personaje que tanto nos saca de quicio, pero que a la vez nos hace reír como nadie lo hacía desde hace mucho tiempo. Porque no recuerdo un personaje que tuviera tanta facilidad para reírnos con y de él como Sheldon. Gran parte de la culpa es del actor Jim Parsons, que en la categoría de actor de comedia merece actualmente todos los premios sin duda alguna, aunque en ocasiones sea por descarte, ya que en mi caso no tengo debilidad por ningún otro actor o personaje masculino en el área cómico.

Para remontarnos a los inicios u orígenes de La Que Se Avecina (LQSA) tendríamos que echar la mirada atrás, allá por el año 2003, cuando Antena 3 estrenó Aquí No Hay Quien Viva (ANHQV); pero no hay que ser un lince para saber que la serie no es la misma, y que sus primeros pasos (o zancadas) se quedaron en el pasado, es decir, la serie ha cambiado por completo, ha crecido (que no madurado).

El título de la serie, los personajes, los actores, el entorno e incluso los guiones han pegado un vuelco, y sólo nos hacen acordarnos de la extinta comedia de A3 en muy contadas ocasiones. Hay que reconocer que el humor de la serie nunca ha sido estrictamente fino, pero para pasar un rato y entretener sirve. A día de hoy, LQSA es una comedia surrealista, y algunos de los personajes se han ido convirtiendo en parodias de sí mismos. Los guionistas han apostado por las situaciones y las relaciones imposibles, más de tebeo que nunca, como es el caso de la gran Estela Reynolds o del matrimonio compuesto por Antonio y Berta, los Recio, o los Rancio, para el que lo prefiera así.

Ha terminado la sexta temporada de Anatomía de Grey, y ha supuesto una etapa extraña de la serie, donde quizás sea mejor no echar la vista atrás ni caer en las comparaciones, porque como se suele decir, son odiosas. Nuestros residentes (y doctores) del Seattle Grace han madurado, al menos físicamente, y sus tramas empiezan a enredarse en un bucle que constantemente produce dejavus en el espectador. Es inevitable que llegue un momento en el que la relación entre Meredith y Derek canse, son ya 6 años con lo mismo, y aunque ahora la pareja se encuentre en un punto calmado y 'feliz' sigue siendo la pareja y/o los personajes más aburridos de la serie.

Me quedo indudablemente con la borde Cristina o con Miranda Bailey, que aunque tampoco trate de una manera muy positiva a sus residentes, ha demostrado tener un gran corazón en varias ocasiones, y es el personaje con el que más empatizo, sin olvidar, obviamente, la mala leche y la sed de éxito de Cristina.

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Ya van seis temporadas de Mujeres Desesperadas, y con ellas también se suman seis misterios principales que han ido creándose a lo largo de los seis años, aunque en Wisteria Lane haya sido una década (teniendo en cuenta el salto en el tiempo de cinco años que se llevó a cabo entre la cuarta y la quinta temporada).

En esta ocasión, la nueva protagonista de la trama principal de la temporada ha sido Angie Bolen (Drea de Matteo). Su historia en sí ha tenido poco tirón, y ha estado olvidada en varios capítulos, dejando a la gran De Matteo en un segundo plano que no merece en absoluto. En cambio, hemos presenciado desde la primera fila a una Susan Delfino cada vez más inaguantable (con 'problemas' carentes de interés) o a una Bree que ha alcanzado su techo y parece ser que no nos puede sorprender más, ya que el personaje de Marcia Cross (con familia incluida) se ha ido desinflando a medida que pasaba la temporada.

En cambio, hay dos mujeres desesperadas que no han bajado el nivel en la sexta temporada, ellas son Lynette y Gabi, dos personajes que suman muy pocos momentos aburridos; pero sobre todo la que más juego da es la matriarca de la familia Scavo, aunque puede ser que jueguen a su favor sus tropecientos hijos o su inseparable y entrañable marido, pero normalmente los Scavo son los que mejores historias tienen, tanto cuando tratan un drama, como cuando lo hacen con carácter cómico.

Ya ha terminado la primera temporada del remake de V, y el resultado se puede decir que ha sido mejor de lo que esperaba, las tramas enganchan y los principales causantes de ello diría que son sus actores, destacando una vez más la labor de los dos pilares de la serie, empezando por la malvada lagarta Anna (Morena Baccarin) y siguiendo con una Erika Evans interpretada por la popular Elizabeth Mitchell.

Se acerca el verano y con él la nueva entrega de True Blood, que a juzgar por el primer capítulo se nos presenta más ardiente que años anteriores, algo que se agradece, porque los responsables del invento saben mezclar la intriga, la tensión sexual y el humor de una manera exquisita. Por eso quizás el ingrediente clave sea la sangre, algo que tampoco ha faltado en los 50 minutos de capítulo.

Lo mejor de True Blood son sus tramas y la manera en la que los guionistas juegan con nosotros, dejándonos sin uñas en cada capítulo y con la duda de qué pasará en el próximo capítulo durante una semana entera. Es asombroso que cada capítulo se viva como un final de temporada y que siempre tengan grandes ideas para los cliffhanger de cada final.

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