Hace tres años que se emitió el final de la primera temporada de '
Trapped' ('Atrapados'), y la serie islandesa ha dado por finiquitada recientemente la segunda etapa de la misma.
En estos tres años han tenido tiempo suficiente para idear una nueva trama, y al equipo de guionistas le ha salido redondo.
Un nuevo grupo de personajes con mucho que ocultar nos ha tenido en vilo durante diez episodios. En esta ocasión hemos dejado a un lado la nieve para dar paso a
un escenario mucho más oscuro, tierra y piedra negra procedente de los volcanes del Norte, hasta allí ha viajado Andri Olafsson, el jefe de policía que en
la temporada pasada estuvo tras otro caso complicado en medio de un temporal terrible.
Esta vez el clima estaba más calmado por la isla, sobre todo para tratarse de Islandia. Sin embargo, los crímenes y los secretos familiares han seguido ganando protagonismo a medida que avanzaba la temporada, con Andri y su equipo alerta. Todo empezaba con un pretexto político, pero la trama se ha ido transformando en un motivo personal, con una familia poderosa y exitosa como telón de fondo.
En 'Trapped' han tocado temas de actualidad como la corrupción en la clase política, algo de lo que tampoco se salvan en un país tan pequeño como Islandia; el daño que algunas empresas causan al medio ambiente, con el fin de obtener mayores ingresos económicos; o el auge de la extrema derecha, con insignias racistas, xenófobas y homófobas. Esta mezcla ha hecho que la segunda temporada de 'Ófærð' (título original) no pierda interés, y sus personajes ganen peso sin olvidar la importancia de los sucesos que nos han llamado la atención desde el comienzo.
Algo que me gusta de 'Trapped' es que no pretende engañar al espectador. Tenemos recientes otras series como 'True Detective', o similares, que empiezan potentes, pero se tornan aburridas con el paso de los capítulos. A la ficción islandesa no le hace falta titular que se trata de "una serie de personajes" para excusar que haya dejado de lado la trama principal. Demuestran que pueden hacer ambas cosas, crear personajes que evolucionan y atrapan, sin olvidar el eje de la historia, y con una resolución clara y cerrada, con minutos de tensión y adrenalina garantizados.
Ólafur Darri Ólafsson es el actor que se mete en la piel de Andri, y lo hace de maravilla, igual que su compañera en la serie. El personaje de Hinrika es cercano, y sin gran acaparamiento ante la pantalla consigue que le cojas cariño, forman un buen equipo de policía. En cambio, la hija del protagonista, Thòrhildur, es bastante insoportable, a este paso podría disputarse el puesto de personaje odioso con la hija de Jack Bauer en '24', siempre en apuros, rescatada por el padre, pero comportándose como una niñata caprichosa.
Aunque hayamos conocido un montón de personajes en esta temporada, es cierto que ha sido complicado hacerse en la cabeza el árbol genealógico de la familia que estaba en el punto de mira desde el primer episodio. Podías localizar a Vikingur, Halla, Stefan y alguno más, pero tantos parientes y parentescos convertían 'Trapped' en una odisea. En el final de temporada todo se resuelve y parece que ya empiezas a atar cabos, un poco tarde para mi gusto. Deberían haber prescindido de algunos personajes que estaban de relleno, o hacer una presentación más clara de todos ellos.
'Trapped' se convirtió en todo un éxito tras su primera temporada, no sólo en Islandia y Europa, sino en todo el mundo. Seguro que la segunda tanda no decepciona a los que siguieron la primera, a mí me ha gustado incluso más que aquella, sin desmerecer ninguna de las dos. Confió en que haya una tercera parte, con un caso que vuelva a poner a Andri e Hinrika a trabajar codo con codo en un lugar remoto de esa fría isla.