‘Skam’ T2: el drama de Noora

El mes pasado hablaba de una de las series más arriesgadas de los últimos años, ‘Skam’. Ya son tres las temporadas que el canal noruego NRK ha emitido de esta serie protagonizada por adolescentes. Lo que un servidor no sabía es que cada temporada se centraría en un personaje diferente, y si el primer contacto lo tuvimos con Eva, esta vez es el turno de la bella Noora.

Eva ha pasado al segundo plano de golpe y porrazo, aunque podemos seguir disfrutando de su evolución, con una actitud mucho más positiva que en la primera temporada. Eva y Jonas ya no están juntos, pero siguen siendo amigos, una amistad algo extraña y peligrosa, porque entre ellos se intuye una química traducida en tensión sexual. Sin embargo, lo llevan bastante bien, cada uno por su lado, confesándose sus ligues, y sin crear grandes dramas.

En cambio, Noora se ha convertido en el centro de todas las miradas en estos 12 episodios. Durante la segunda temporada, la rubia ha ido haciéndose pequeña, ya no queda apenas nada de la Noora dura y fuerte de los primeros capítulos, y todo es “culpa” del amor. Su relación con William se veía venir, para desgracia de Vilde, que ha estado toda la serie loquita por este joven mujeriego.

De la mano de Noora hemos conocido a un William más humano, siendo testigos de su traumático pasado, y deseando que ambos acaben juntos y felices. Incluso Vilde se alegró, a su manera, de esta relación, sin guardar rencor a su amiga, que le estuvo ocultando el flirteo con William durante varias semanas. De este modo, Vilde se convierte en mi favorita, desplazando a Noora a un dudoso segundo puesto, porque se ha pasado toda la temporada empeñada en colgarse el cartel de “drama queen”.

Además, en la segunda tanda Noora ha ocupado muchos más minutos en pantalla que Eva en la primera, y con episodios que han pasado de los 40 minutos en varias ocasiones, cuando rara vez han pasado de los veinte en el primer tramo. Es cierto que en este caso no hacían falta las presentaciones, ya conocíamos, más o menos, al resto de personajes, y tocaba centrarse en Noora, una chica dulce y decidida que se termina desmoronando por enamorarse de un chico popular, y problemático.

Si estuvo más de media temporada intentando no caer rendida a los pies del insistente William, y ocultándoselo a Vilde; la segunda mitad de la temporada las tornas giran, y se dedicó a ocultar a William que se acostó con Nico, el hermano de su novio. Nico es el villano perfecto que necesitaba esta relación, y el drama que le hacía falta a Noora para seguir con esa cara de angustia. Nico engañó a la joven, haciéndola creer que se habían acostado tras una noche de borrachera, menos mal que al final todo sale bien y William y Noora pueden continuar con su relación tóxica.

Probablemente en la tercera temporada todo esto no sea más que una anécdota y la pareja pase a un olvidadizo segundo plano, como ocurrió con Eva y Jonas, que me gustan más como secundarios que de protagonistas. Y hablando de figurantes, hay algún nuevo rostro que se ha sumado al elenco, como Eskild, el extrovertido compañero de piso de Noora, o Linn, la introvertida compañera de piso de ambos.

Los detalles son importantes en ‘Skam’, pero no hace falta ser un lince para saber que Eskild se está enrollando con Isak, tal vez por eso le taparía diciendo a sus amigas que el chico es completamente heterosexual. El cliffhanger de la segunda temporada vuelve a centrarse en el misterioso Isak, y es que la próxima entrega tiene como cabeza de cartel al mejor amigo de Jonas.

En Estados Unidos y Canadá ya están preparando una adaptación de la serie nórdica, pero puede que les salga tan mal como en su día ocurrió con la versión de ‘Skins’. Va a ser difícil plasmar lo que transmiten estos personajes en la realidad americana. Este grupo de estudiantes de Oslo hacen que todo surja de manera natural, algo que sorprende viniendo de actores tan jóvenes. Ya estoy ansioso por saber qué queda por saber de los protagonistas de ‘Skam’.

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