'Shameless' T9: La despedida más dolorosa

Decir adiós a la novena etapa de 'Shameless' ha supuesto un duro esfuerzo, porque no solo despedíamos una buena temporada, sino también a dos de los mejores protagonistas de la serie. Emmy Rossum y Cameron Monaghan dejarán de interpretar a Fiona e Ian, respectivamente, a partir de los próximos episodios. Nos quedamos sin un pedazo importante de la ficción de Showtime, sobre todo en el caso de Fiona, que podríamos añadir que nos quedamos huérfanos, y sus hermanos en la serie también.

La labor de Fiona a lo largo de las nueve temporadas ha sido brillante, un personaje sobresaliente, y una persona maravillosa. La joven siempre patinaba en los asuntos del corazón, no me gustaba en absoluto cuando se juntaba con la mayoría de chicos con los que ha salido, sus tramas siempre se volvían aburridas. El último de ellos resultó ser un fraude, ocultando hasta el extremo que tenía una familia, algo que terminó de hundir a la mayor de los Gallagher.

En la etapa final de 'Shameless' hemos visto a una Fiona que se alejaba de su esencia, convirtiéndose en una Frank Gallagher sin escrúpulos, borracha todo el día y haciendo daño a los que le rodean. En ese periodo de tiempo tuvo varios rifirrafes con sus hermanos, principalmente con Lip y Debbie, los nuevos responsables del bienestar y del orden en la casa de los protagonistas. A Fiona llegaron a echarla del trabajo por mala conducta, y hasta tuvo una cita en los juzgados por golpear a una mujer racista, traspasando todos los límites.

El desenlace de este personaje ha sido positivo para ella, y puede que lo termine siendo para la familia y para la serie en general, aunque a priori tengo mis dudas. El peso de Fiona ha sido potente durante casi nueve años, y perderla es todo un drama. Se ha ido sin hacer ruido, pero sin duda ha dejado huella. Incluso ha sacado tiempo para despedirse de la otra gran ausencia, su hermano Ian, en la cárcel. El final del pelirrojo fue todo un puntazo, compartiendo celda con Mickey, y ha sido una alegría volver a verle, aunque fuera entre rejas durante un par de escenas.

Frank vuelve a habitar en la morada de los Gallagher, y le queda una temporada larga, al menos hasta que se recupere de su última lesión. Esta temporada el patriarca ha tenido un montón de tramas descontroladas, pero han sido más entretenidas que otras que estiraron como un chicle. Le hemos visto compitiendo en unos juegos surrealistas para ser imagen de una marca de alcohol dirigida a vagabundos; compartiendo lo que queda de su corazón con una mujer a la que deja embarazada in vitro de seis niños, recordemos que robó el semen de su propio hijo Carl, algo que queda en el aire y cualquier día lo retoman con acierto; y por último le dejamos en el sofá de casa con un cuidador mientras sigue convaleciente tras sufrir una rotura.

El alcohol ha sido de nuevo el mejor/peor aliado de Frank, mientras que Lip intenta tenerlo lo más lejos posible. El hijo mayor de Frank también espera un bebé, lo tiene por accidente, pero está ilusionado con la idea, mientras su novia/ligue piensa en darlo en adopción. En la casa de los Gallagher no se notaría si meten una boca más para alimentar, además ahora han tenido varias bajas seguidas, pero dudo que la madre del niño esté dispuesta a dárselo a la familia de su ¿ex novio?

Carl y Debbie han estado enfrentados en una divertida trama que se ha alargado hasta el final de la temporada, y podría continuar. La nueva chica de Carl, Kelly, me gusta, es una joven dura y decidida, pero no está segura de su relación con él, algo que Debbie aprovecha para acercarse a ella, provocando los celos de su hermano. Debbie y Carl terminan enamorados de la misma persona, pero ella no es lesbiana, ni tampoco quiere estar con el chico, aunque al final vemos que se decanta por él, tal vez por pena ahora que le han rechazado de la escuela militar.

Liam también tiene su parcela de protagonismo, siente que no pertenece a los Gallagher, y la verdad es que parece más inteligente que el resto de sus hermanos. El pequeño se ha mudado sin decir nada a la casa de un amigo negro, rodeado de "sus orígenes", aunque no olvidemos que los verdaderos padres de Liam siguen siendo Monica y Frank. Su familia tardó varios días en echarle en falta, algo que refuerza la teoría del chico.

Por último, Kev y Veronica sigue con sus excentricidades, y me encantan. Probaron a adoptar un niño que resultó ser más mayor que las hijas que ya tienen, además las pequeñas son muy traviesas y no han podido mantener el engaño de hacerse pasar por una sola niña en el colegio privado, y así solo pagar una matrícula. Ahora Kev se ha hecho la vasectomía y ha recuperado el motor sexual que tenía miedo de haber perdido. No son Gallagher, pero siempre terminan siendo los que más sorprenden. He echado en falta una despedida emotiva de Fiona con Veronica, apenas han coincidido los últimos años. A rasgos generales, he echado en falta un adiós más sentido, se ha esfumado para no arrepentirse de su decisión, y algunos ya la echamos de menos.

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