'Shameless': No hay nada que haga cambiar a los Gallagher

Los Gallagher afrontan la última temporada con Fiona, una triste noticia para los seguidores de la serie. No obstante, considero que 'Shameless' puede continuar perfectamente sin Emmy Rossum, que en las últimas temporadas está totalmente desligada del resto del reparto, fuera de la casa familiar y codeándose con personajes en su mayoría insulsos.

Tras el éxito de la mayor de los Gallagher en la finca de viviendas de la que es propietaria, se le ha despertado el gusanillo y quiere ampliar su negocio. En el comienzo de la temporada, Fiona aparece constantemente enganchada al PC, buscando forma de ganar más dinero con nuevas propiedades, hasta su novio/ligue se empieza a cansar de la obsesión de la protagonista.

De todos modos, Fiona no olvida a su familia, está atenta de la fianza que debe pagar Ian para salir de prisión, y sobre todo del más pequeño, Liam, que ha sido expulsado del colegio privado por los escarceos de Frank con media AMPA. Fiona y Liam pasean juntos por Chicago en busca de nuevas propiedades para la mayor, e intentando que acepten en otro colegio, con el curso a punto de terminar, al pequeño Liam.

Debbie continúa trabajando en la obra, y ha descubierto que cobra menos que sus compañeros por el hecho de ser mujer. Indignada, empieza una lucha contra el patriarcado y el machismo de la sociedad de la que se da cuenta a raíz de la desigualdad salarial. Debbie consigue una cómplice, aparte de la pequeña Franny, una peón de obra que se hace pasar por un hombre para tener un sueldo similar al de sus compañeros masculinos. Parece que Debbie va a seguir con sus divertidas ocurrencias, como lo de crear un pañal casero.

Su hermano Carl ha regresado de la formación militar, ahora aspira a ascender a cabo, pero para ello debe realizar unos trabajos que poco se parecen a la labor que quiere desempeñar en el ejército. A Carl le toca ser ayudante en una especie de veterinaria, acabando con la vida de los pobres perros que están terminales. Al chico no le parece que su superior utilie un método ético, y decide llevarse a todos esos animales a su domicilio, y darles un final más digno. Lo que faltaba en esa casa.

También está en casa una tal Xan, la sobrina del último ligue de Lip. La niña parece que llega para quedarse, o al menos en esta nueva tanda, que será otra carga para el más responsable de la familia. Lip descubre que Xan es cleptómana, con el objetivo de entregar el dinero robado a su madre, algo que toca el corazón al blando de Lip, que no duda en ayudar a la pequeña, capaz de lo que sea por un puñado de dólares.

Como he comentado antes, Ian sale de prisión, aunque no está muy contento, dentro de la cárcel se había erigido como el salvador de los débiles, el protector que necesitaban los reclusos gays, amenazados y utilizados por los abusones a los que Ian pudo controlar en el tiempo que he duró dentro. Además, en su salida descubre que es un ídolo de masas, los activistas le veneran, y a él eso le agobia. Espero que esta etapa de Ian termine pronto, y su huida haya servido para dar carpetazo al asunto de "Dios ama a los gays", y empiece un nuevo hilo argumental.

Por último, Kev y Veronica no parece que vayan a cambiar de rumbo, en las últimas temporadas ha funcionado que estén a su aire, y ahora sin Svetlana y con las niñas a su cargo, parece que se les multiplica el trabajo. Las tramas surrealistas de los Ball me encantan, últimamente son lo mejor de la serie, y en la novena temporada van a seguir así. Un colegio católico abre las puertas para una de esas niñas demoníacas, pero se las apañarán como sea para que las dos consigan hacerse pasar por una sola.

Estamos ante la temporada más larga de 'Shameless', se dividirá en dos partes y servirá como cierre para uno de los personajes más queridos de la serie de Showtime. A medida que avanza el final de esta etapa, seremos testigos del ascenso de Frank hacia la política, el patriarca no ha tardado en pasar de los líos de cama del colegio de Liam, a la ansiedad por desarrollar su carrera política, con un subfondo xenófobo que me sorprende incluso de Frank.

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