A pesar de contar con siete temporadas a sus espaldas, no es de extrañar encontrarnos con alguien que ni siquiera haya oído hablar nunca de '
Parks and Recreation'. La comedia de la NBC
nació a rebufo de 'The Office', otra de las grandes que nos dejó hace ya dos años. Con el tiempo, '
Parks' ha ido adquiriendo personalidad propia, y sus personajes van a ser recordados con el paso del tiempo, porque si en algo ha destacado la sitcom americana es en el buen hacer de su reparto.
Leslie Knope (Amy Poehler) se posicionó como la reina del cotarro desde el primer momento, su bondad y simpatía encandiló a muchos, demostrando que no hace falta ser borde o despiadado para conseguir la atención del público, como viene pasando últimamente con los protagonistas de muchas series. Knope es uno de los mejores personajes cómicos de la historia de la televisión, y gana puntos porque todo esto lo consigue sin pretender buscar el chiste fácil.
Las ganas de Leslie por gobernar un mundo utópico repleto de buena gente y alegría es lo que hace de ella un ser adorable. Además en los últimos años le acompaña
Ben Wyatt, la horma de su zapato. Realmente en '
Parks' han sabido aprovechar cada personaje, incluso la sosa Ann tenía su hueco en esta serie, nadie estaba de más, por mucho que se cebaran menospreciando al pobre Garry (o como se llame).
Un broche final que sabe a poco
La séptima y última temporada de la comedia no me ha convencido. Se han pasado 13 episodios haciéndose autohomenajes y saturando con guiños cada episodio. Pienso que hacerlo de manera sutil y ordenada hubiera sido fantástico, pero a mi parecer se han pasado con la retroalimentación. No hay más que ver capítulos como el centrado en Johnny Karate, que como sketch puede resultar gracioso, pero dedicar a este personaje un capitulo entero a una semana de despedir la serie para siempre me parece un error. Y mira que me encanta Andy, y el potencial del actor que le interpreta.
Al menos han salvado los muebles con el desenlace definitivo, en el que vemos cómo Leslie se va despidiendo uno a uno de sus compañeros, pensando que nunca volverán a coincidir, y mucho menos en Pawnee. Esas microdespedidas me han recordado en cierta manera al final de '
A Dos Metros Bajo Tierra', una buena idea para cerrar una serie, y de paso
dar alguna pista sobre el futuro de sus personajes.
Las despedidas han sido emotivas, pero sin perder la sonrisa de medio lado que provoca '
Parks and Recreation'. Incluso los estridentes Jean-Ralphio y Craig han tenido su rinconcito en este episodio. Aunque ellos no son los únicos personajes recurrentes que han brillado en la sitcom, la periodista maquiavélica
Joan Calamezzo o las Tammys de Ron son otros nombres a tener en cuenta, y que también han tenido su espacio a lo largo de la última temporada.
De todos modos, lo peor del último año de '
Parks' no ha sido nada que tuviera que ver con su contenido, sino el hecho de que NBC, no contenta con acortar el número de capítulos de la temporada, emitiera
cada semana una ración doble de la serie. Este maltrato no es habitual en Estados Unidos, y lejos de hacer las delicias de sus seguidores, yo diría que consiguen el efecto contrario.
Pero me niego a terminar esta entrada con un comentario negativo. '
Parks and Recreation' ha conseguido brillar con luz propia en un mercado complicado (en España ninguna cadena ha apostado por ella), ha creado un sello propio y no va ser sencillo reemplazar el hueco que han dejado. Porque aunque pueda haber comedias mejores que '
Parks', pese a las tramas en las que cojeaba, ninguna serie va a ser tan especial como esta
y sus personajes.