'Zapeando', un programa simpático que no empezó con buen pie

La paciencia de laSexta ha recogido su recompensa, si en un principio el programa empezó débil, con cifras que auguraban su cancelación, con el tiempo 'Zapeando' se ha metido al público de sobremesa en el bolsillo, haciendo que la tarde empiece de una manera diferente a la habitual. Las meriendas de 'Sálvame' son un duro competidor, pero el espacio de Frank Blanco ha conseguido hacerse con un trozo del pastel en esta complicada franja.

Las comparaciones con 'Se Lo Que Hicisteis...' empañó el estreno de 'Zapeando', ambos espacios se dedican a hablar de televisión, aunque en un principio el programa de Blanco se aprovechó mucho más de la retroalimentación, haciendo que muchos espectadores huyan despavoridos, encontrándose en 'Zapeando' un contenedor lleno de repeticiones y promociones de otros espacios de Atresmedia.

Con el paso del tiempo han ido aprendiendo de sus errores, y aunque sea inevitable promocionar algunas novedades del grupo de televisión, ahora lo hacen con menos descaro y siempre introducido de una manera distintiva, porque el humor de 'Zapeando' puede que no aporte nada nuevo, pero es simpático, y tan blanco como el apellido del presentador. No obstante, los colaboradores no dudan en meterse unos con otros, sin llegar al extremo "psico" de 'Sálvame', pero haciendo cada día una especie de teatrillo en el que transmiten buen rollo y traspasan la pantalla.

Incluso Cristina Pedroche ha encontrado su hueco en 'Zapeando', la actriz/presentadora/reportera se ha consolidado en la pequeña pantalla gracias al programa de laSexta. Sus chistes siguen sin hacer gracia, su vis cómica continúa siendo inexistente y sus comentarios están la mayor parte de las veces fuera de lugar; aun así, Pedroche ha marcado territorio, y su espontaneidad ha hecho que el público se rinda a sus pies, aunque sus detractores también se han multiplicado tras su salto a la sobremesa.

No es Pedroche la única desubicada en 'Zapeando', el propio presentador también da la sensación de ser un pulpo en un garaje, o al menos en las primeras semanas, algo de lo que los guionistas también han aprendido, y han decidido que el rol de Frank sea el del presentador ninguneado, hecho que le hace ser más adorable. Aunque en los debates de 'Gran Hermano' tampoco se hacia respetar, pero al menos aquí cuenta con la complicidad del público.

El resto de colaboradores hacen un poco el papel que vienen interpretando años atrás, con la misma suerte o no. Ana Morgade me encanta, su ironía y la forma de decir las cosas que tiene la madrileña es uno de los puntos fuertes del programa; Sara Escudero sigue la misma línea de su compañera, aunque siempre con un toque más sutil. 'Zapeando' también cuenta con colaboraciones semannales o especiales de otros habituales de la cadena, entre los más destacados está Anna Simon, que suele amenizar la sobremesa con juegos, más inútiles que ingeniosos, en la línea del espacio.

El papel serio le ha tocado a Quique Peinado, que le viene como anillo al dedo, es el que menos se expone, puede que el más aburrido, aunque cuando se suelta las lanza gordas. En el lado opuesto de la balanza tendríamos a un Miki Nadal acabado, el humorista nunca me hizo gracia, y en 'Zapeando' ni siquiera aprovecha para renovar sus chistes, suerte que a veces es capaz de reírse de sí mismo, las únicas ocasiones en las que tiene sentido su presencia.

La audiencia ha sido casi tan paciente como los programadores de Atresmedia, su subida de share en las últimas semanas lo corrobora, además han conseguido dar con una fórmula efectiva para las tardes. Un programa de humor sin pretensiones, teniendo la televisión como eje, algo por lo que no se apuesta muy amenudo. Hace años era inimaginable que un canal nacional emitiera fragmentos de programas como el de Ellen DeGeneres, al que hacen referencia en 'Zapeando' casi a diario.

Puede que no hayan inventado la panacea, pero es un espacio potable con el que pasar el tiempo, aunque solo sea a la hora de hacer zapping para desintoxicarnos unos minutos de los gritos, trifulcas o culebrones que emiten en la competencia.

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