Mire Señor Guadagnino, el primer capítulo de '
We are who we are' me ha parecido lo que es, el piloto de una serie.
No entiendo que en pleno año 2020 algunos directores o artistas de "renombre" sigan acomplejándose por trabajar para la televisión. Ya hemos visto tantas series de tantos tamaños y colores que no logro descifrar lo que quieren decir cuando pronuncian aquello de "es una película de ocho episodios".
Pues vaya turra, señor.
Los que disfrutamos viendo series no le damos tantas vueltas al coco. Al menos en mi caso, cuando acaba un episodio o una temporada sé si me ha gustado por diferentes factores, pero nunca por el hecho de que me haya parecido una película. Tal vez todo cobra sentido cuando el propio director de 'We are who we are', Luca Guadagnino ("Call me by your name") reconoce no haber visto nunca una temporada completa de ninguna serie. Usted se lo pierde.
Hablando de la serie…
Dejando a un lado mis discrepancias con Guadagnino, me parece que ha parido una serie prometedora. La primera tanda constará de ocho capítulos y se supone que es una miniserie, pero no sería la primera vez que una plataforma cambia de opinión y decide alargar otra temporada más su gallina de los huevos de oro. No obstante, es pronto para hablar con rotundidad del éxito de la serie, pero como espectador puedo afirmar que el primer contacto funciona.
Guadagnino nos traslada a una base militar estadounidense en la región de Véneto (Italia). Allí acaba de llegar Fraser, un adolescente que no sigue los cánones de las personas de su edad. Tiene personalidad propia a la hora de vestir y de comportarse, siendo a veces un poco maleducado con su entorno. Mantiene una relación extraña con sus madres, principalmente con Sarah (Chloë Sevigny), que acaba de ascender a General en la base militar. Es por Sarah por quien la familia deja Estados Unidos y llega a Italia, donde todos descubrirán otra forma de vivir y de relacionarse.
Fraser se aburre en ese espacio limitado y vigilado, por lo que no tarda en acercarse a una cuadrilla que ve al chaval como un "tipo raro" que no se quita la camiseta para meterse en el agua o no se mezcla con el resto de la manera que ellos esperan. Entre sus "futuros amigos" destaca Caitlyn, a la que seguramente vayamos conociendo a fondo más adelante. La mirada de este personaje esconde algo, me gusta su secretismo y la forma embriagadora de atrapar al espectador sin abrir la boca. De hecho, en 'We are who we are' no son mucho de hablar, son más de observar.
Me han gustado los silencios justificados de la serie y las sensaciones que producen esas instalaciones en las que conviven personas tan diferentes, aunque muchos vistan igual. La adaptación no será fácil para Fraser, pero tampoco creo que vaya a ser un camino de rosas para ninguna de sus madres, o para la joven Caitlyn, atrapada también en una base militar del extrarradio.
'We are who we are' me ha recordado a otra serie que se emitió el año pasado también en la misma casa, en HBO, '
Euphoria'. Salvando las distancias, ambas series muestran la vida de un grupo de jóvenes desde diferentes perspectivas, sin tapujos, dispuestos a poner los puntos sobre las íes y llamando a las cosas por su nombre. Así que
no es que Guadagnino haya descubierto la panacea, pero quiero seguir visionando su nueva obra.