(Contiene spoilers de la 2ª temporada)
Probablemente '
Wayward Pines' no pase a la historia como una de las mejores series de la televisión, pero este verano ha vuelto a cumplir con su cometido. FOX ya dio por muerta su serie antes de tiempo, incluso la primera temporada no fue pensada para alargarse, pero en vista de la exitosa respuesta de los seguidores del drama, la cadena dio paso a esta
segunda parte bien desarrollada.
El final de la primera tanda de capítulos fue redondo, no era necesario estirar la trama del Detective perdido en un pueblo escalofriante, hallado cientos de años en el futuro. En esta temporada hemos conocido más sobre el origen de Wayward Pines, y aunque nos pareciera que no era necesario saber más tras el final del primer ciclo, este verano hemos descubierto que estábamos equivocados.
Nuevos personajes han llegado al remoto paraje este año. Poco a poco los guionistas han ido aclarando qué fue de la familia Burke, incluso en los primeros episodios vemos a Theresa y nos desvelan el paradero de su hijo o el duelo por su marido. Lo han hecho de una forma natural, algo que sorprende en las series hoy en día, acostumbrados a que los actores caigan del elenco habitual de un plumazo y sepamos acerca de ellos a través de intuiciones o a base de aclaraciones poco naturales. En este sentido, 'Wayward Pines' ha sido sofisticada en la transición entre una temporada y otra.
Dejando a los Burke a un lado, este año nos hemos centrado principalmente en los Yedlin, un matrimonio que en principio parece vivir un idilio. Theo y Rebecca fueron capturados y criogenizados por los mandamases del pueblo, y despiertan en un entorno hostil para ellos. Sobre todo Theo, que entra en Wayward Pines años después que su mujer, que ya ha rehecho su vida con otro hombre, e incluso espera un hijo de él, escondiéndoselo a Theo, como si no pasara nada.
Theo es médico, y se convierte en el nuevo héroe de Wayward Pines de la noche a la mañana, aunque el joven Jason Higgins no se lo pone nada fácil. Higgins toma el relevo de Pilcher, y es un regalo ser testigos de nuevas imágenes de aquel villano, y la razón por la que un chico tan joven toma el mando de todo un pueblo, que realmente todos sabemos que es algo más que eso. Jason sale con una chica misteriosa que hasta el último capítulo no se sabe que se trata a la vez de su madre. Un giro sórdido, y a su vez atrevido y sorprendente, incluso para la propia madre que dio a luz a Jason antes de entrar en la curiosa nave que les congela en el tiempo, como si del propio Walt Disney se tratara.
El último episodio es uno de los más emocionantes, aunque se echa de menos mayor presencia de los abbies. Estas aberraciones han sido el eje de la temporada, ni los Yedlin, ni los Higgins, ni siquiera los flashbacks con Pilcher, los protagonistas fueron los abbies. También han aprovechado estos capítulos para narrarnos desde diferentes puntos de vista el origen y modus vivendi de estos seres. La líder de la manada dio una lección de humanidad a Jason y sus aliados. Y la serie termina con una escena en la que ella es la protagonista, con un bebé en los brazos. De este modo, otra puerta queda abierta.
Y no es la única incógnita que dejan en el aire. Una vez muerto Jason, en manos de su novia-madre, el resto de los habitantes siguen el plan ideado por el joven fascista. Se dividen en grupos para la evacuación definitiva, y así sobrevivir a lo que se les viene encima. No hay sitio para todos, así que dan prioridad a las familias y a los niños, haciendo discriminaciones según sus afinidades, algo que criticaban en Jason, pero en los últimos minutos de la serie Yedlin y compañía hacen lo mismo.
'Wayward Pines' nos ha traído una historia original, si ya lo fue en su primera temporada, esta vez no ha bajado el listón. No ha sorprendido de la misma manera, porque ya sabíamos en qué consistía el lugar en el que viven los protagonistas, pero han sabido crear otras incógnitas, con nuevos personajes cargados de misterio. No me gustaría que hicieran una tercera temporada, aunque tienen material y potencial para ello. Es importante saber decir adiós a tiempo.