'Vivir Sin Permiso': En Oeste pasan cosas que ya hemos visto

La gran apuesta de Mediaset esta temporada es la serie protagonizada por José Coronado y Alex González, ambos repiten de nuevo como cabezas de cartel en una ficción de Telecinco. 'Vivir Sin Permiso' es un drama que cuenta con un elenco lleno de caras conocidas, y una trama fácil de seguir que nos recuerda a un popurrí de otras series nacionales e internacionales.

La reciente 'Fariña', ahora disponible en Netflix, el éxito que no para de crecer de 'Narcos' o las últimas ficciones de Telecinco, 'El Accidente' y 'El Príncipe', son algunos de los ejemplos que muestran tramas similares a las que podemos encontrar ya en el piloto de 'Vivir Sin Permiso'. En casi 80 minutos de capítulo nos presentan a una familia liderada por Nemo Bandeira (Coronado), algo así como el capo de la mafia de Oeste. Este hombre que acaba de cumplir 60 años tiene a todo el mundo a sus pies, pero algo empieza a fallar.

Bandeira descubre que está en la segunda fase del Alzheimer, por lo que la memoria se le va a ir dañando, algo incompatible con su labor como cabeza del narcotráfico de la zona. El cumpleañero se ve obligado a delegar sus labores y negocio en uno de sus dos hijos, alejados de los trapicheos del padre. Por una parte está su hija, que acaba de llegar de París, con una obra de arte que no ha gustado nada a la familia; y por otro lado está el hijo, la oveja negra de la familia, se pasa el día colocado o borracho, y no parece que se tome en serio la rehabilitación.

El tercero en discordia es Mario (González), un chaval del que los Bandeira se hicieron cargo y que siempre ha estado al lado del patriarca en los negocios. Este chico ha crecido como uno más de la familia, es el mayor de los "hermanos", pero no tiene la sangre de Nemo, y eso le deja fuera de la herencia, aunque cuenta con él para seguir siendo el número dos de la empresa. A Mario no le hace ninguna gracia, es un tipo aparentemente tranquilo, pero su actitud cuando se entera de que no se quedará con la empresa huele a venganza.

Nemo Bandeira tiene algo en común con Julio Iglesias, y es que su colección de hijos no termina aquí, hay otra joven que incomoda a parte de la familia, y también tiene la sangre Bandeira. Esta chica está preocupada por su madre enferma, en coma, a la que Nemo se niega a desconectar de la máquina, y es capaz de comprar a todos los jueces para impedir que eso ocurra. El último deseo de la mujer era morir en paz, y en el final del piloto vemos que lo consigue, en una escena tierna, con su hija abrazada a ella.

Las persecuciones no van a dejar de ser las protagonistas de 'Vivir Sin Permiso', ya hemos tenido una dosis de ellas en el piloto. La empresa de Nemo, que como tapadera usa unas latas de conserva, tiene enemigos, y éstos están dispuestos a cualquier cosa por dejar al protagonista pelado. La escena del robo del camión me recuerda a 'El Accidente', y me parece sorprendente que Telecinco haya apostado por una serie que también trata el mismo tema, y de un modo muy similar, pocos meses después del final de la ficción de Quim Gutiérrez.

En el reparto también encontramos a Ricardo Gómez, el hijo de los Alcántara en 'Cuéntame Cómo Pasó'. Carlitos ha crecido, ahora es un profe joven que tiene una relación sentimental con el hijo de Nemo, su padre es un ex policía que le pide dinero, debe estar metido en líos de los que su hijo no quiere saber nada. En la escena final vemos cómo Nemo se lo carga, bajo la atenta mirada de un testigo, que no es más que un niño al que Bandeira descubre.

La premisa de la serie es interesante, pero no es el drama original que nos han querido vender. Historias como esta ya se han contado en ficciones españolas. Es vox populi el tema del acento gallego, ausente a lo largo del piloto de 'Vivir Sin Permiso', podrían haber cuidado un poco más ese tema, queda un tanto chapucero. Como entretenimiento puede ser eficaz, pero hay series mejores con la misma temática, y lo peor, algunas de ellas son muy recientes.

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