'UnReal': se avecina una temporada feminista

Todo lo feminista que puede ser una serie como 'UnReal', basada en un reality-show en el que todo se banaliza y el único objetivo de sus protagonistas es encontrar el amor entre sus pretendientes. Al igual que en las dos temporadas anteriores, la trama principal se centra en el concurso, un formato similar al de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' o 'Un Príncipe Para...'.

Este año en "Everlasting" la protagonista es una mujer, ella va a decidir a qué chicos expulsar del concurso y con cuál se quedará finalmente. En el primer contacto con la tercera temporada de 'UnReal' llama la atención la rapidez con la que los protagonistas del drama han salido de sus tragedias y han empezado de cero. Rachel se había retirado de este mundo tan superficial, algo que nunca ha ido con ella, y que tantos problemas le ha causado. En la primera escena la vemos en una granja entre cabras, pero poco le dura la paz tras una visita de Quinn.

Rachel es arrastrada nuevamente por la qu fera su jefa, la ambiciosa productora ejecutiva de "Everlasting". Constance Zimmer vuelve a meterse en la piel de Quinn como solo ella sabe, un personaje que le viene como anillo al dedo y que resulta ser lo mejor de la serie en muchas ocasiones. Zimmer y Appleby forman un tándem formidable, traspasan la pantalla, y es una razón más para seguir viendo 'UnReal'. Ellas llevan el mando, y en esta nueva temporada tienen que mantenerse más unidas que nunca, hay muchos trapos sucios que no deben salir a la luz, y tampoco se pueden permitir otra metedura de pata.

En otro orden de importancia nos encontramos a Chet Wilton, el ex marido de Quinn, que ahora sale con una jovencísima estudiante. La chispa entre Quinn y Chet no se ha apagado todavía, aunque seguir avivando esa llama sería perjudicial para ambos, y no desencadenaría en nada bueno. Los guionistas de 'UnReal' son muy cómodos, y por muchas fechorías que se hicieran entre ellos, siempre vuelven a hacer borrón y cuenta nueva, y esto se extiende a todos los personajes de la serie.

No se queda atrás Jeremy, que tuvo una segunda temporada desastrosa, comportándose como un cretino. Seguro que Rachel no tarda en perdonar al operador de cámara, y darán paso a nuevas tramas románticas, que es con diferencia lo que menos me gusta de 'UnReal'. Me interesan más las historias que surgen entre los participantes de "Everlasting", o las maquinaciones del equipo de Quinn para levantar la audiencia de un programa que cada vez está más manipulado, ¿os suena?

En esta ocasión, Rachel vuelve a ser el cebo del "tronista" de turno, ahora una chica llamada Serena, que se aleja bastante del prototipo de mujer que frecuenta estos realities. Serena tiene ideas feministas que no casan con el concurso, como a la hora de vestir o cuando debe descartar candidatos en la primera gala de la edición. Esta chica puede dar mucho juego, y va a ser un grano en el culo para la nerviosa Quinn.

Rachel se ve reflejada en Serena desde el primer momento, incluso empieza a hacer migas con uno de sus pretendientes, pronto empieza este año. Aunque más rápido todavía va Madison, la joven ayudante de Quinn que parecía mojigata, pero terminó levantando el marido a la productora del programa. Madison ahora tiene otros asuntos entre manos, y es que no se corta a la hora de visitar ciertos despachos de la cadena, y así probablemente asegurarse un puesto. Es el personaje que más ha evolucionado en tres temporadas, por no decir que es el único que no ha vuelto, de momento, al punto de retorno.

Estos nuevos 10 episodios van a hacer que florezcan nuevas relaciones, odios y secretos. También espero que sea la hora de sacar otros a la luz, o dar un giro importante a uno de los personajes principales, sin que en dos capítulos vuelva al mismo punto en el que los dejamos. La verdad es que después de un parón tan largo, ya había ganas de 'UnReal'.

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