‘Unorthodox’, cómo escapar del confinamiento

Netflix nos ha sorprendido en su catálogo con ‘Unorthodox’, una miniserie de cuatro episodios que cuenta una historia cruda y real. Se centra en Esty Shapiro, una joven que ha crecido en una comunidad ultraortodoxa, con unos valores muy arraigados que dejan a la mujer a la altura del betún.

‘Unorthodox’ nos presenta dos escenarios muy diferenciados y transcurre en dos tiempos que separan muy bien las dos realidades a las que se ha tenido que enfrentar Esty en los momentos más duros y decisivos de su vida. Por una parte, vemos a la protagonista en Williamsburg (Nueva York), uno de los barrios judíos más grandes y extendidos de América. Por otro lado, la evolución más importante de Esty se da en Berlín, paradójicamente un territorio en el que la masacre judía fue bárbara.

Los antepasados de Esty huyeron de Alemania para acomodarse en Nueva York, donde formaron su hermética comunidad. La madre de la protagonista consiguió desprenderse de aquellas cadenas, volviendo a Berlín, donde rehízo su vida junto a otra mujer. Esty no pretende seguir los pasos de su madre, a la que guarda cierto rencor por abandonarla con tan solo 4 años; sin embargo, se reencontrarán en Berlín, porque Esty está decidida a salir del infierno que supone para ella Williamsburg.

Yanky es el chico que se casa con Esty, con la que pretende formar una familia, único objetivo de su enlace. La familia del joven es muy exigente, con su madre maquinando cada paso y decisión. A pesar de todo, Esty ha tenido suerte con Yanky, podría haber sido incluso peor, como el primo de este, Moishe, un tipo desagradable que para nada cumple con lo que predica, metido en una espiral de obligaciones y odios que no le dejan disfrutar ni ser como realmente demuestra que le gustaría ser: viciado al sexo, los juegos de azar y las nuevas tecnologías.

Dejando a un lado al primo Moshe, que también es relevante en la historia, nos centramos en Yanky y Esty, un matrimonio inexperto en muchas lides, sobre todo en lo referente al sexo. Les cuesta consumar el acto, pero finalmente ella se queda embarazada en el momento que él decide arrojar la toalla y divorciarse de la chica. Es ahí cuando Esty coge las riendas y marcha a Berlín con la ayuda de su profesora de piano clandestina.

Cuando Yanky y su familia se enteran de que Esty estaba embarazada no dudan en trenzar un plan para seguir a la joven e impedir que críe a ese hijo lejos de Williamsburg y de los valores ultraortodoxos que les caracteriza. Para ello, Yanky y Moshe vuelan hasta la capital alemana, intentando pasar desapercibidos, sin éxito.

La serie es totalmente diferente cuando la trama se centra en Alemania. Pasamos de los interiores grises de Williamsburg a un colorido y sorprendentemente soleado Berlín. Allí Esty no tarda en hacer amigos, tal vez de una forma forzada que no se asemeja en absoluto a la historia real que narra el libro en el que se basa la serie de Netflix.

La vida idílica de su madre, los amigos interraciales que no tarda en echarse y los sueños musicales que se reactivan en la joven son razones más que suficientes para no querer mezclarse de nuevo con las estrictas normas de su vida anterior. Esty deberá hacer frente a la soledad, los miedos y las dudosas tentaciones de Yanky y Moshe. Además, el espectador entra de lleno en la piel de esta chica, empatizando con cada uno de sus problemas y avanzando junto a ella a una libertad que muchas veces damos por hecho que nos pertenece.

‘Unorthodox’ es una gran historia, nos acerca a un universo que no suele protagonizar grandes series o películas, y esta es una buena oportunidad para adentrarnos en esta comunidad ultra con gorros imposibles, tirabuzones y pelucas. Shira Haas está espléndida en su papel, una actriz israelí muy peculiar que se podría convertir en actriz revelación de la temporada. Si quieres ver una serie corta y dinámica, esta es la tuya, pero ten en cuenta que las conversaciones en hebreo no las doblan, y ocupan más de la mitad de la ficción alemana. Yo apostaría por la versión original, ya puestos.

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