'Threesome': tres no son multitud

Algo tan común y cotidiano como tener un hijo se puede convertir en la comedia más disparatada y surrealista de la actualidad, o al menos 'Threesome' es una de ellas. La sitcom británica cautivó al público desde su controvertido episodio piloto, y a partir de ahí todo han sido sucesivas situaciones del día a día llevadas al extremo de una manera alternativa y políticamente incorrecta, o al menos fuera de los cánones que marca la sociedad actual.

Crear una comedia atrevida y transgresora no es sencillo, además en 'Threesome' el peso de todas las tramas se lo lleva su trío protagonista, formado por la esperpéntica Alice; el irresponsable Mitch; y el, en ocasiones, sensato Richie. Tantos los personajes como los actores se compenetran de maravilla, dando vida así a uno de los mejores elencos que se ha visto en la pequeña pantalla, pocos pero bien avenidos.

El punto de partida de la serie es el embarazo de Alice, provocado tras una noche loca (una de tantas) en la que termina en la cama haciendo un trío con su novio Mitch y su mejor amigo gay Richie. Los tres hacen frente a este problema unidos, y deciden criar a la pequeña entre todos, como unos padres poco convencionales, aunque con tanto cariño como si de una pareja tradicional se tratara. Quizás, al fin y al cabo, el mensaje que quiere lanzar la sitcom sea ese, entre risas y situaciones absurdas la sitcom guarda un subfondo con moralina, lo importante no es quiénes o cuántos educan a un retoño, sino hacerlo con dedicación y amor.

A lo largo de estas dos cortas temporadas se han sucedido un largo número de historias, algunas centradas en el embarazo o parto de Alice, y otras también han tenido como protagonista a la trasformación de Richie, su madurez en las relaciones sentimentales. Una de las más memorables podría ser su no-relación con Dave (Adam García), aunque lo más desternillante fue cuando el joven conoció a su padre biológico y se hizo pasar por heterosexual para que no le rechazara, algo impropio de él. Mitch, en cambio, tiene el don de meter la pata, sus limitaciones en todo tipo de labores le han posicionado como el estorbo del trío, un estorbo que agradezco, porque es el desencadenante de muchos de los enredos que dan paso a capítulos hilarantes.

Es habitual en las comedias que a medida que pasa el tiempo te sientas más familiarizado con sus personajes, en 'Thressome' pasa exactamente lo mismo, al principio parece una panda de tarados, pero luego vas descubriendo que son así de retorcidos por naturaleza. No hay más que ver el capítulo final de la segunda temporada, en el que Alice y Mitch no saben que están casados legalmente y quieren divorciarse para después volver a casarse siendo conscientes de ello, una paranoia digna de esta sitcom del canal británico Comedy Central.

Como decía al principio, en 'Threesome' no tienen cabida otros protagonistas que no sean los tres mencionados, pero en estos 14 episodios ha habido algún que otro personaje recurrente, como las madres de los padres primerizos, especialmente la madre de Alice, Lorraine. El odio que esta mujer siente hacia Mitch es centro de muchas risas, como su pasión por el alcohol o el pasotismo que ha demostrado tener como madre o, ahora también, como abuela.

Seguramente 'Threesome' no vaya a pasar a la historia como una de las mejores comedias, pero merece la pena echar un vistazo a esta joya si se tiene la oportunidad de ello. Amy Huberman, Stephen Wight y Emun Elliott son tres razones de peso, aunque comprobarás que hay muchas más.

Dale al Stop en Twitter