Después de digerir el último episodio de la primera temporada de la que podría ser (para algunos) la serie revelación de la temporada, he de decir que
"The Walking Dead" me ha decepcionado enormemente. Sus dos primeros capítulos prometían mucho más de lo que finalmente han podido ofrecer, entre otras cosas la acción de la que carece la historia, o lo poco que enganchan los protagonistas de la serie (ni que decir de los personajes secundarios).
En todo caso, si hay algún secundario en la serie de la AMC ésos son los caminantes, puesto que a medida que avanzan los episodios los muertos vivientes aparecen menos, algo completamente reseñable y alucinante cuando se trata de un drama que supuestamente está centrado en dichos seres. Por nombrar un ejemplo, en el capítulo final los caminantes apenas aparecen un minuto, y ese es uno de los factores que hace que la serie resulte tediosa y lenta.
En lo que a la trama principal se refiere, si se le puede denominar así, parece ser que el mundo está a punto de terminar y que la raza humana tiene los días contados. Los pocos supervivientes deben estar más unidos que nunca para lograr salir vivos de esta, y para que los muertos vivientes no les pillen desprevenidos y les infecten, o peor aún, para que no acaben con su vida.
Hay varios aspectos de la serie que me han gustado en estos seis episodios, ya que he de reconocer que entre tantos minutos de aburrimiento y de historias que no llevan a nada, también ha habido momentos que dan qué pensar, como cualquiera de las veces en las que muestran que el propio ser humano es el peor enemigo del hombre, porque han sido varias las ocasiones en las que los protagonistas se abandonan o se engañan entre sí. Por otro lado, también fue admirable en el último capítulo la decisión que tuvieron que tomar cada uno de los supervivientes, ¿rendirse o luchar por sobrevivir? Muy pocos eligieron la primera opción, pero fue curioso ver como algunos tenían clara su elección, mientras que otros dudaron hasta el último instante, en el que explotó todo el edificio en el que se mantuvieron a salvo durante unas horas. Personalmente me sorprendió ver una detonación de esas características, ya que "The Walking Dead" no ha destacado por su acción, pese a tener en cada capítulo algún que otro disparo (todos ellos con la sangre milimétricamente controlada por los técnicos de iluminación e imagen).
Siguiendo con los aspectos positivos del serial, no son muchas las tramas que me han sobrecogido o que me han creado intriga, pero algunas son dignas de mención, como la historia centrada en la familia que ha perdido a la matriarca que ahora se encuentra entre los muertos vivientes, pero que el padre se niega a terminar con ella; o también me ha inquietado la huída del hombre al que esposaron en el tejado del supermercado, no es muy creíble que pueda resistir con vida durante muchas horas sin una mano y tras una paliza de infarto, pero no podemos esperar realismo de una serie de estas características.
De todas formas, en los pocos capítulos que han emitido hasta ahora de 'The Walking Dead', los guionistas no han sido regulares con la continuidad de sus tramas o personajes, de hecho, vamos a tener que esperar a la segunda tanda de capítulos para saber qué pasará con la familia mencionada (que sólo aparecieron en el piloto) o el fugitivo de las esposas (que da más miedo que lo propios zombies).
No quisiera terminar mi análisis sin hablar sobre lo peor de la serie: sus protagonistas. Ya no hablo de los secundarios, que al fin y al cabo tampoco se les debería exigir tanto, y puede que no lo hagan del todo mal, pero su trío protagonista (sobre todo la ex-Tancredi y el poli-bueno) son de lo peor que ha parido la televisión. Quizás se salve por los pelos Shane (el poli malote), pero no con mucho éxito. Además el triángulo amoroso que forman no es para nada interesante.
Como último apunte, puede ser el doblaje o cosas mías, pero el hijo de la pareja es insufrible, casi tanto como las incontables escenas que no han aportado nada en los capítulos finales.