HBO ha emitido ya al completo la miniserie '
The Third Day', con
un Jude Law que está inmenso y con una atmósfera única. La ambientación de la serie es preciosa, a pesar de lo tenebroso del asunto. La fotografía es claramente el apartado en el que más destaca la ficción angloamericana.
Nos trasladan a Osea, un lugar bizarro en el que habita gente rara que parece sacada de otro planeta. De hecho, Osea está alejado de la civilización, es un poblado dividido por una carretera que está bajo el nivel del mar, por la que solo se puede transitar cuando hay marea baja. Sin embargo, incluso con la marea baja es difícil escapar de ese lugar que atrapa a los "turistas" que llegan accidentalmente.
'The Third Day' no va sobre los fantasmas del pasado de ese territorio recóndito, ni siquiera merece la pena que te esfuerces en analizar cada detalle del lugar, porque los guionistas dejan claro que eso no es más que un MacGuffin. Lo que verdaderamente tiene peso es la relación de Sam (Law) con su pasado, su presente y su futuro. El hombre ha perdido a su hijo y está desconsolado, sin rumbo, por lo que cae en brazos de esta población que quieren algo más de él y que le asegura que le puede devolver aquello que anhela.
La miniserie se divide en dos partes (tres si contamos el especial que me salté). En la segunda mitad Sam pierde protagonismo, cediéndole el testigo a Helen, su mujer, y sus dos hijas. Todo está conectado, pero no nos aportan suficientes respuestas. Han montado una bonita parafernalia que nos lleva a ninguna parte. Cada cual termina sacando sus conclusiones, algo que empieza a parecerme una tomadura de pelo, porque puedes inventar cualquier historia con una premisa prometedora para acabar pasando la pelota al espectador.
El primer capítulo de 'The Third Day' me pareció hipnótico, algo novedoso con mucho gancho. Sin embargo, en el segundo pase ya se desinfló por completo, y la cosa no ha mejorado, con un desenlace lejos de ser apoteósico. El camino hasta conocer a medias el destino de Sam y su familia ha sido a ratos aburrido, por lo que no me queda más que agradecer que tan solo hayan sido seis episodios que no retendré a largo plazo en mi memoria.