La realidad puede ser contada de muchas maneras, pero en '
The Newsroom' nos la trasladan de una única forma, esta serie relata sin tapujos lo que acontece en la rutina de un importante programa informativo de un prestigioso canal de televisión estadounidense. Aaron Sorkin vuelve a estar en el punto de mira tras la aplaudida '
El Ala Oeste de la Casa Blanca',
sin perder la dinámica y la crudeza de sus diálogos, Sorkin vuelve a sorprender con esta joya contemporánea de la HBO.
Los que como yo habéis seguido el ritmo de la versión doblada, emitida hasta la semana pasada por Canal Plus, estaréis también dudando entre recuperar el hilo del serial en la misma versión o decantaros por la original. A priori no deduzco ningún error garrafal en el doblaje, ni tampoco creo que haya nada verosímil que se pierda en la traducción, un apunte que hago para que conste que no solo debemos hacer énfasis en el doblaje cuando éste es pésimo, hay casos como el de '
The Newsroom' en los que es posible seguir el hilo sin problema. A pesar de considerarme defensor de las versiones originales.
Dejando a un lado el doblaje del serial, lo más importante, a mi parecer, es la construcción de cada episodio, cómo nos trasladan a la fecha en la que se centra el capítulo y nos cuentan una noticia y todo lo que la rodea. A lo largo de los primeros 10 episodios hemos visto sobre todo temas políticos, con los vaivenes del Tea Party en primera línea; no obstante, la redacción de las noticias de la noche también ha abordado temas escabrosos como el terrorismo, las armas o la homofobia.
La eterna batalla entre demócratas y republicanos se refleja con intensidad en 'The Newsroom', y aquí todos reciben golpes y críticas, pero especialmente la peor parte se la llevan los republicanos, pese a que el líder del informativo de noche se considera del bando mencionado. Will McAvoy (Jeff Daniels sorprende con este papel), el presentador, no puede apartar sus ideales a la hora de ponerse frente a una cámara, desde que un día estallara y dijera públicamente lo que piensa de la sociedad estadounidense y del entorno político, todos los movimiento de McAvoy son mirados con lupa, y su redacción fue cambiada de arriba abajo.
Esos cambios tuvieron una repercusión importante en el ámbito laboral, pero McAvoy no esperaba que las consecuencias fueran a llegar también al plano personal. La nueva productora ejecutiva de su programa es nada más y nada menos que su ex novia Mackenzie. La actriz Emily Mortimer no se queda corta y le pone un punto cómico e incómodo a la situación por la que pasa su ex. McAvoy y Mackenzie forman una de las parejas más originales y divertidas de la televisión actual.
Pero ellos no son la única pareja en '
The Newsroom', otros personajes también tienen
líos amorosos dentro de la redacción, trama que se le escapa a veces de las manos a la ficción de HBO, aunque a rasgos generales han sabido mantener estos enamoramientos en segundo plano. La relación entre Maggie y Jim Harper (no confundir con Jim Halpert de '
The Office') es de las más llamativas, trama que sirve para enganchar también a esa parte del público con ganas de presenciar amores imposibles y barreras que se alargan hasta la saciedad en la pequeña pantalla.
De momento
Maggie ya nos regaló un gran momento en el capítulo final de la primera etapa, cuando parodiando a '
Sexo en Nueva York' la joven es embestida por un autobús y termina calada. Son memorables las lindezas que suelta por su boca y lo incómodo de la situación tras descubrir que Harper iba dentro de ese autobús.
'
The Newsroom' es altamente recomendable para todos aquellos que sienten pasión por el periodismo o por el proceso de las noticias. Me uno a las críticas que apuntaron que
con esta serie se puede aprender más que en cualquier clase de cualquier facultad de periodismo. La manera en la que Sorkin intercala las relaciones personales con lo que ocurre fuera de la redacción es fabulosa. La única pega que puedo poner es la prolongación de algunas escenas o conversaciones, tanta palabrería puede hacer que se pierda el hilo, sobre todo en temas en los que la audiencia quizás no controle tanto, pero así es el universo Sorkin, o lo tomas o lo dejas.