'The Missing' T2: el sprint final hace que la temporada merezca la pena

'The Missing' cautivó a muchos con su primera temporada en el año 2014, cuando aquel incesante padre buscaba a su hijo desaparecido una década atrás, con la ayuda del inspector francés Baptiste. Dos años después, la serie británica regresa con una nueva historia que tiene como punto en común con la primera al veterano agente Baptiste, por el que los años han pasado de forma demoledora.

Baptiste continúa con el mismo empeño y dedicación, algo que lamenta su esposa, preocupada por el hombre que además tiene que lidiar con una grave enfermedad, a la vez que intenta descubrir cuál es el paradero de una niña que desapareció hace más de diez años. El francés busca a Sophie Giroux, la chica fue presuntamente secuestrada, pero el caso se cerró hace años, y el suicidio de la madre de la chavala frente a los ojos de Baptiste marcó al inspector, por lo que los nuevos indicios que apuntan que Sophie sigue con vida hacen que Baptiste se entregue de nuevo en cuerpo y alma.

Sophie no es la única adolescente a la que buscan, ese mismo año desapareció Alice Webster, la hija de unos británicos afincados en Alemania. La evolución de los Webster es lo más atractivo de la serie, mediante saltos en el tiempo vamos siendo testigos de los altibajos de la familia, con una madre que no pierde la esperanza, un padre que intenta rehacer su vida sin éxito, y el hermano de Alice, que pierde por completo la cabeza con una pandilla nada aconsejable.

'The Missing' arranca con el retorno de Alice a casa, echa unos zorros, una década después de su desaparición. Toda la historia, en general, recuerda indudablemente a 'The Family', aunque la narración de la británica es mucho más pausada y la factura audiovisual más agradable para el espectador. En esta segunda temporada nos vuelven a hacer testigos de los viajes de los protagonistas, con ellos seguimos la investigación por diferentes pueblos de Francia, Alemania o Suiza; incluso en esta ocasión viajamos a Irak, donde sorprendentemente está el origen de todos los acontecimientos que tienen lugar en la ficción.

El inicio y el final de la serie son de sobresaliente, es una lástima que en el desarrollo de la historia se hayan perdido con detalles y descripciones inverosímiles que han ralentizado el ritmo del drama. 'The Missing' podría haber sido brillante también en su segunda temporada, pero no ha conseguido superar a la primera tanda de capítulos. Puede que el factor sorpresa se haya perdido, o que este último año hayamos podido ver historias similares en otras series, como en la mencionada 'El Secreto de Adam ' ('The Family') o la británica 'Thirteen'.

En la season finale cogen carrerilla y explican todo lo ocurrido con las chicas. El mínimo detalle es desvelado, y somos testigos también del futuro de cada uno de los personajes, algunos más tristes que otros, como la vida misma. En 'The Missing' no buscan finales felices o cerrados, son más realistas que todo eso, aunque muchas veces tiren de casualidades. En otros dos años estaría dispuesto a ver un nuevo misterio de niños desaparecidos en esta intrigante antología.

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