'The Mindy Project' echa el cierre de forma previsible y pastelona

La comedia de Mindy Kaling que pasó de FOX a Hulu en las últimas temporadas, ha acabado por fin. Y no digo "por fin" porque la serie sea mala o a la protagonista se le haya terminado el repertorio, sino porque 'The Mindy Project' venía pidiendo un cierre digno desde hace un par de años.

La salida de Danny Castellano de la serie fue decisiva para que la comedia empezara a decaer, los guionistas no supieron cómo llevar el personaje de Mindy tras la marcha de su marido, y amor platónico. No es que Danny fuera un gran personaje, ni mucho menos, en ocasiones frenaba a Mindy, a la Mindy que nos gusta ver, alocada, sin cortapisas y, sobre todo, soltera. Sin el Doctor Castellano ella volvía a estar soltera, pero pronto encontró otro maromo, el enfermero, que tornó todo el universo de la protagonista mucho más aburrido todavía.

Si querían dar un final feliz, pastelón y previsible, como el que nos muestran en el desenlace, podrían haber optado por cerrar 'The Mindy Project' con la despedida de Danny, y así nos ahorrábamos dos temporadas sin sentido. Han tenido capítulos de lucidez, y Kaling siempre esta magnífica, con un personaje diseñado por y para ella, un traje en el que encaja de maravilla.

'The Mindy Project' empezó como una comedia romántica desenfadada, en la que mandan al traste los cuentos de palacios y princesas, demostrándonos que el Príncipe Azul está sobrevalorado. A medida que avanzan las temporadas eso se va esfumando, y no hay más que ver el final de la serie, Mindy y Danny abrazados en un sofá, como octogenarios. No compro.

Mindy es perfecta, solo con ella se podría sostener la serie completa. Sus ocurrencias y el modo de ver la vida, siempre comparando todo con las celebrities de moda, y sin parar de pensar en comida basura o cosas banales. En esto último me representa. Es como una niña que no ha terminado de madurar, y a la que se echará de menos a pesar de haber perdido gran parte de la magia cinco años después de su descubrimiento. He de decir, que para mí 'The Mindy Project' empezó como una especie de spin-off de 'The Office', Kaling desarrolló de algún modo el papel que ya tenía en la comedia de Steve Carell.

Por todo ello, porque ella sola nos basta, los anodinos secundarios sobraban en cada escena. Morgan nunca me ha hecho gracia, y terminar la serie con la boda de este esperpento es un insulto, puestos a recrear cuentos de hadas podrían haber organizado un bodorrio para Mindy. Por cierto, me quedo con el momento del flashmob en el que no han contado con ella, siempre tan loser...

Morgan y Tamra se casan después de cuatro capítulos de noviazgo, cogido con pinzas, teniendo en cuenta que sabían desde hace un año que iba a ser el final definitivo de la comedia, Collette y su hermano no han pintado nunca nada, podrían haber estado de paso y sentiríamos el mismo apego hacia ellos. Y el intento por sacarse el palo del culo de Jeremy no venía a cuento en una series finale, con una tal Anna pululando por ahí, a la que nunca he sentido como parte de la serie. En cambio, las cortas apariciones de Beverly han aportado risas y momentos WTF que han hecho de ella un personaje memorable.

'The Mindy Project' suspende rotundamente en el apartado de secundarios, y el desenlace también me hubiese gustado que fuera más "Mindy", mostrándonos la faceta perdedora de la protagonista, como han hecho hasta ahora, y no cambiarlo todo en los últimos minutos. Recupera el trabajo y el marido, como si de una telenovela tosca se tratara.

Lo mejor de que la serie acabe es que ahora tenemos libre a Mindy Kaling para afrontar nuevos proyectos y volver con algo tan fresco y divertido como el inicio de 'The Mindy Project'. La serie se ha ido estropeando, pero incluso en su mediocre desenlace ha superado a otras que siguen en emisión con más repercusión que esta comedia de la que pocos esperaban algo.

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