Si tenemos que hablar de una sorpresa televisiva este año no se nos puede escapar la última apuesta de la AMC, '
The Killing'. Ya no sólo por la atmósfera que ha sabido crear a su alrededor, o por la construcción de cada uno de sus personajes, sino también por la que en un principio fue su 'supuesta' trama principal, la muerte o el caso del asesinato de Rosie Larsen.
En unos años puede ser que la joven asesinada sea tan popular como lo sigue siendo la inolvidable Laura Palmer de 'Twin Peaks'.
Pero lamentablemente no todo son elogios para el producto de la AMC, '
The Killing' no me ha dejado un buen sabor de boca, y
su season finale se ha debatido entre la decepción y la intensidad. A medida que pasaban los minutos no sacábamos ninguna conclusión, exceptuando, como no, los planos de Gwen (acompañante de Richmond y en mi opinión sospechosa principal) o el doble juego de Holden, que ha sido con diferencia lo más sorprendente de la serie, aunque tampoco podamos corroborar que el compañero de Linden haya sido definitivamente un traidor, creo que queda mucho por ver.
A rasgos generales, la trama centrada en el candidato a alcalde, Richmond, no me ha parecido lo suficientemente jugosa y el hecho de vendernos su historia con cuentagotas ha tenido un efecto negativo, ya que varias escenas han resultado aburridas, y seguramente también innecesarias. De todos modos, el ritmo lento de la serie no ha tenido sólo influencia en el ámbito político, muchos de los episodios daban la sensación de no avanzar, y así ha sido, exceptuando sus finales que han sido siempre intensos, acompañados por una banda sonora imprescindible.
Al contrario de lo que pensábamos en un principio, la protagonista absoluta de '
The Killing' no ha sido Rosie Larsen, sino la agente que lleva el caso, la inigualable (para bien o para mal) Sarah Linden. Ella nos ha mareado con sus problemas personales, siempre dudando entre terminar el último caso en Seattle o dirigirse a California (Sonoma) con su pequeña y poco avenida familia. Aunque esos problemas han sido secundarios en la serie,
Linden ha protagonizado muy buenos momentos junto a su peculiar compañero de trabajo, ambos forman un buen tándem, ella reservada y estricta, mientras que Holden es un desastre y utiliza métodos poco ortodoxos para conseguir pruebas o respuestas. Es por ello por lo que dudo que el nuevo agente tenga fines psicópatas después de ver el capítulo final.
No solo Mireille Enos (Sarah Linden) ha destacado en el reparto, la madre de
la víctima, interpretada por Michelle Forbes, ha sido otra revelación. No es fácil meterse en la piel de la madre de Rosie, es complicado involucrarse en un continuo drama que probablemente no termine nunca, pero Forbes lo hace creíble, y ese fantasma que vaga en silencio y con múltiples sollozos no es simple decorado, es la reacción de una madre que ha perdido de una manera triste y brutal a su hija. El caso del padre de la joven es más ambiguo, y la tía Terry lo es mucho más todavía, mientras que el primero tiene relación con la mafia, la segunda conoce demasiado bien el funcionamiento del
misterioso casino que Rosie frecuentaba, lugar que también me recuerda al Club en el que ambientaban parte de 'Twin Peaks'.
Respecto al final de temporada, el cliffhanger ha sido inesperado, pero a la vez también me ha parecido innecesario, seguramente sea una valoración apresurada porque debemos esperar a conocer la estructura de la segunda temporada antes de criticarla, pero el caso Larsen debería haber sido resuelto en los trece primeros capítulos, al igual que en la versión danesa, la original. En la última escena de la season finale asistimos a la presunta muerte de Richmond, asesinado por Belko, amigo de la familia Larsen.
Es probable que a medida que se conozca el desenlace del caso que ha ocupado la primera temporada vayamos descubriendo uno nuevo, y así se enlacen ambos y consigan mantener la audencia. La táctica puede ser buena, pero también
corren el riesgo de quemar la historia y convertir 'The Killing' en otra serie estirada como un chicle y sentenciada por la propia cadena. De todas formas, el desenlace lo conoceremos el año que viene, o no...
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