'The Killing' regresa tan sobria y lluviosa como de costumbre

Sarah Linden se vuelve a enfundar en su colección de jerseys de lana, eso solo puede significar que 'The Killing' está de vuelta. Le hemos dado tantas vueltas al desenlace de su primera temporada, que ya esperábamos con ansias el retorno de esta serie tan bien hilada e ideada. Con la primera tanda de episodios aprendimos que cada personaje tiene una historia detrás, todos ellos son complejos, y aquí no nos valen los tópicos o las etiquetas, ni los buenos son angelitos, ni los malos llevan cuernos y rabo.

La segunda temporada de 'The Killing' va a ser la de las respuestas, y eso no quiere decir que ya no vaya a haber nuevos interrogantes. A priori, en estos dos primeros capítulos hemos descubierto las consecuencias de la bala de Belko y la razón por la que Holder trucó la fotografía del radar de la carretera en la que salía inculpado el alcalde Richmond.

Linden está atrapada en Seattle, y encierra con ella a su hijo adolescente, cada vez más harto de la dependencia de su madre hacia el trabajo. A quien no hemos visto en esta ocasión ha sido al prometido de la protagonista, que estará rehaciendo su camino en Sonoma, sin esperar que Sarah regrese a su vida. A la agente le caracteriza su pasión por el trabajo, se vuelca más con el caso de Rosie Larsen que con su propia familia, hecho que le está pasando factura desde el primer momento.

El principal problema de Linden en estos momentos es descubrir quién asesinó a la joven Rosie. En un principio todas las pistas apuntaban en dirección al profesor de la víctima, y más tarde el principal sospechoso pasó a ser el alcalde Richmond. El político llegó a ser detenido mientras celebraba su victoria, y Belko, amigo de la familia Larsen, aprovechó para disparar contra él. El desquiciado Belko también mató a su madre antes de pegar un tiro a Richmond, incluso intentó escapar de la comisaría, con rehén incluido.

La muerte de Belko también va a dar mucho que hablar, Holder ha anunciado a Stan, padre de Rosie, que su amigo y socio se ha suicidado, un hecho que aumenta la rabia de Larsen. Además, Stan está decidido a tomarse la justicia por su mano, y así lo hemos podido ver en el final del capítulo doble que nos ofreció el pasado domingo el canal AMC.

En torno a Stan y su situación actual también gira una trama que no tardará en estallar. La ausencia de su mujer, Mitch, es otro duro golpe para la familia. Ahora es la tía enrollada la que se encarga de las gestiones familiares, pero Terry no es tan clara y transparente como los de su entorno creen, ya veremos cómo se desenvuelve en la convivencia y, sobre todo, cuándo y en qué circunstancias vuelve Mitch, interpretada por una soberbia Michelle Forbes.

Holder ha sido clave para este inicio de etapa, terminó con él como sospechoso del caso de Rosie, pero ya hemos visto que el sustituto de Linden no ha sido más que una víctima del sistema. Los intereses y chantajes de políticos y policías van a continuar en auge en esta temporada, aunque ahora Holder y su compañera se han visto involucrados en el entramado. Ha sido grandiosa una de las escenas finales, en la que Holder visita a Linden en el hotel y ésta no le abre la puerta mientras que él hace lo posible para disculparse y explicar lo ocurrido.

Mención especial a la escena compartida entre nuestra Sarah Linden y la original, la de la versión danesa, 'Forbrydelsen'. La actriz de la serie mencionada aparece interpretando a la fiscal que lleva el caso de Rosie Larsen, un guiño agradable para los seguidores de la ficción.

A rasgos generales, solo comentar que el ritmo denso y pausado se conserva en esta segunda tanda de episodios, como era de esperar, y las respuestas nos llegarán de la misma forma. Es incoherente esperar un desenlace trepidante de una serie como 'The Killling', que a su manera se está haciendo un hueco entre las grandes, y no es para menos, hasta nos hace echar de menos la lluvia.

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