(Contiene spoilers)
‘
The Good Place’ es
una de esas series que empiezan muy fuerte, pero se van desinflando de una forma imparable. Al menos esa es mi sensación con la ficción de NBC (disponible en Netflix). Al principio todo era maravilloso, sus giros sorprendían, en cada capítulo había uno; los personajes tenían un toque ácido, sin perder la compostura, que se emite en un canal en abierto; y los decorados te trasladaban a un universo mágico del que no querías salir.
En cambio, las tres temporadas que han seguido a la primera han ido de más a menos, excluyendo la recta final en la que volvieron a demostrar que son capaces de volver a sus raíces, pero ya era tarde. Los intentos por mantenerse “vivos” no han sido suficiente para salvar los muebles de una serie que se ha hecho demasiado larga y pesada. Los giros constantes y las idas y venidas al lado bueno y al lado malo han terminado volviéndome loco, llegando a perder el interés por los protagonistas.
Una opción podría haber sido olvidarme de los cambios de escenario y disfrutar de su elenco, pero por muy buenos que fueran los personajes y la evolución de sus relaciones, el entorno impedía que se crearan tramas interesantes y originales. Con esto quiero decir que los guionistas fueron brillantes en el inicio, pero todo ese arranque de originalidad se agotó tras la primera temporada.
‘The Good Place’ es única, y seguramente la recordaremos por ello. Se trata de una comedia que habla sobre la muerte, dividiendo a los malos y a los buenos a su antojo, para después demostrar que “ni los malos son tan malos, ni los buenos son tan buenos”, típico. La serie de NBC siempre ha estado atenta para colarnos moralejas de este tipo, entre una palabrota y otra de Eleanor se leía entre líneas un mensaje empalagoso de bondad y paz.
Buenos personajes con poco recorrido
‘The Good Place’ se podría haber convertido en una comedia sobre un grupo de amigos, de hecho, lo ha hecho. El intento ha sido positivo, sin dejar de lado las tramas principales relacionadas con los viajes de los protagonistas de un lado a otro en el tiempo, en el universo, o en lo que fuera aquello. Jason probablemente sea el que menos ha evolucionado, pero no le hacía falta, la gracia de su personaje es esa. Ha tenido suficiente compartiendo su corazón con la entrañable Janet, uno de los descubrimientos más gloriosos de la serie.
El salto más grande lo ha dado Michael. Ted Danson deja a su personaje en todo lo alto, disfrutando de la vida mortal. Esto lo ha conseguido gracias a una bondadosa Eleanor, que también ha avanzado lo suyo, convirtiéndose en la más blandengue del grupo, quién se lo iba a decir. La protagonista ha repartido felicidad en el tramo final no solo a Michael, sino también a la antipática, pero divertida, Mindy St. Claire.
No me disgusta la pareja que forman Eleanor y Chidi, esto no quiere decir que estancarse en eso durante cuatro temporadas no me haya parecido un sopor. Cuando parecía que podían avanzar juntos les hacían volver a empezar de cero, y puede que esa fuera parte de la gracia de la serie, pero cuando lo llevan haciendo tres veces ya empieza a cansar. Kristen Bell brilla por sí sola, y hasta en un papel mediocre en una serie del montón no digo que sea el caso saldría a flote por su carisma.
Falta por mencionar a Tahani (Jameela Jamil), la sofisticada millonaria que ha demostrado cargar con la losa más grande del "lado bueno". Su vida en la Tierra es la mejor trama de ‘The Good Place’, siempre aparentando y presumiendo de lo material para no dejar en la superficie lo vacía que es su vida. Una pena que su familia nunca la haya entendido, hasta el último capítulo, en el que todo acaba bien también para ella. Su evolución también ha sido reseñable.
‘The Good Place’ termina con Eleanor cruzando la puerta a la eternidad, después de que algún compañero lo hiciera antes. Me gusta que la serie haya finalizado dejando esa duda en el aire, al fin y al cabo, para qué iban a crear un segundo “lado bueno”, o lo que fuera. A pesar de sus altibajos, la comedia de NBC deja buen sabor de boca, llena de optimismo y color.