(Contiene spoilers de la 2ª temporada)
Ya he repetido en alguna ocasión que '
The Following' es la típica serie que pretende envolver sus tramas en un halo de intriga y terror que se aleja de lo que realmente transmite al espectador. Cada capítulo de la serie de Kevin Williamson
está más cerca de la comedia que del drama, o del terror en cualquiera de sus variantes.
No debemos olvidar que '
The Following' se emite originariamente en FOX en Estados Unidos, un canal en abierto que no
quiere puede mostrar escenas subidas de tono o estrictamente morbosas. De todos modos, la ficción protagonizada por Kevin Bacon y James Purefoy es
demasiado suave, cayendo en el ridículo en muchas ocasiones con escenas que deberían provocar pavor, produciendo simplemente risas y algún que otro sonrojo de vergüenza ajena.
Para más inri, FOX ha concedido una tercera temporada a la serie, y eso no quiere decir que vaya a ser la última, aunque tampoco concretan si la compondrán otros 15 largos episodios, que a pesar de tener una duración estándar (40 minutos) se hace más pesado que de costumbre, sobre todo este año, en el que han dado muchas vueltas en torno a la nada.
A rasgos generales, la segunda tanda de '
The Following' ha sido floja. Sigue dejándose ver, pero solo para gente con mente abierta, así nos permitirá reírnos de tantas cosas cutres y previsibles que transcurren a lo largo de cada episodio, ¡y tan previsibles! ¿o alguien esperaba que Claire estuviese muerta? Tardó en aparecer media temporada, pero ahí está, para seguir sobreviviendo a
Joe Carroll, sin objetivo definido desde hace tiempo.
Incluso la credibilidad del
malo-malísimo ha quedado por los suelos este año, si en la primera temporada fue la gran revelación, esta vez la competencia que le ha salido al malvado escritor ha dado mucho más, y mejor, la nota.
Lily Gray y sus gemelos han dado grandes momentos a la segunda etapa de la serie, por no decir que aparecían en las únicas escenas que han merecido la pena. Además, los hermanos son invencibles, al parecer a los productores les ha encantado usar la fórmula de '
Orphan Black' para las escenas que comparten, interpretados por un soberbio Sam Underwood.
Underwood ha superado a los veteranos, Bacon y Purefoy cada vez están menos creíbles en sus papeles, y la culpa seguramente no sea tan solo de ellos, ya que con guiones tan chapuceros es difícil quedar bien. Ryan Hardy es un pringado que va de héroe y cae fatal, por extensión Kevin Bacon produce rechazo cada vez que aparece en pantalla. Lo de Purefoy es más complicado, es un amor-odio, da el pego como villano, pero este año ha estado muy perdido, en sectas freaks, traicionando a los suyos y lo más inquietante, esas escenas finales en las que a los dos protagonistas solo les falta jurarse amor eterno, salvándose la vida el uno al otro, ¿dónde vamos a llegar?
Ni siquiera merecen mención los secundarios de relleno, la sobrina de Hardy y su mano derecha están liados, otro caso previsible a la par de soporífero, esperaba que al menos uno de los dos muriera, por muy bien que me caiga Jessica Stroup. A decir verdad, ya tuvimos suficiente con la inesperada muerte de Emma, que encima nos la mata la más incompetente de la cuadrilla, Claire.
La tercera temporada llegará previsiblemente en 2015, así que los responsables de '
The Following' tienen tiempo de sobra para crear tramas interesantes (sería mucho pedir que fueran realistas) e
ir hilando un final que nos deje con la boca abierta. La serie es regular tirando a mala, pero engancha y no deja que te aburras, razón suficiente para darle otra oportunidad, ¿quién iba a criticarla si todos dejáramos de verla?