'The 100': llega la hora de la selección natural

La ley del más fuerte, o la del más inteligente, es la que va a coger fuerza en esta temporada de 'The 100'. La cuarta etapa de la serie se presenta con mucha acción, y con una trama que vuelve a envolver a todos los personajes de la ficción, porque Raven ha anunciado que los recursos de los que disponen en la Tierra no darán para más de seis meses, y las primeras consecuencias se empezarán a notar mucho más pronto.

El Apocalipsis llega de nuevo a la serie, fue el origen de 'The 100', y podría ser también un bonito broche final, a no ser que los protagonistas consigan hacer frente a la naturaleza, o al resto de clanes. En Arkadia luchan por salvarse el culo, pero no han caído en la cuenta de que no son los únicos seres vivos en la Tierra, de hecho ellos son los últimos en llegar y ya se han cargado a varios líderes de otros clanes y tribus. A pesar de todo, Roan ha aceptado al grupo de Clarke como el 13er clan, tal vez sin merecerlo del todo.

El actual Rey, Roan, está a la espera de cambios, y por el momento es él quién está al mando. La trágica muerte de Lexa todavía no la hemos superado, y Clarke tampoco, que le confiesa a su madre en el primer episodio de la temporada que realmente estaba enamorada de la comandante. Su duelo está siendo interior, y le sirve para acercarse más a Bellamy y a los suyos. En cambio, Octavia está más encerrada en sí misma, tras perder a su amado y vengar su muerte en la season finale anterior, la hermana de Bellamy está hiperactiva, y no parará hasta cargarse a todo aquel que se interponga en su camino, o en el de los suyos.

Volviendo a Bellamy, espero que el chico no se convierta en el nuevo interés amoroso de la protagonista. Es más, 'The 100' da para algo más que una relación de carpeta, así que nos harían un favor si pasaran del rollo de enamoramientos de instituto y se centraran en lo que verdaderamente nos importa, cómo sobrevivir a lo que se les viene encima. Para Bellamy es importante mantenerse todos unidos y salvar la vida de los suyos, a pesar de los pactos que hayan hecho con otros clanes. De hecho, el chico ha rescatado a unos cuantos Skaikru que daban por muertos, aunque para ello haya puesto en riesgo la salvación de todos los demás, haciendo explotar la nave que podría haberlos salvado.

Raven y Clarke no se han tomado nada bien la decisión de Bellamy, sobre todo Raven que está decidida a construir un refugio que permita alargar la vida de al menos cien personas. A Clarke tampoco le ha gustado lo que ha hecho Bellamy, pero cada vez se muestra más humana, todo el cambio que experimentó desde la muerte de Finn parece que ha tocado techo y está volviendo a ser una tía blanda razonable, ¿tendrá algo que ver la pérdida de Lexa en todo esto? A mí me gustaba más la Clarke impulsiva.

El resto de personajes continúan con sus tramas individuales, desde la venganza de Monty por la muerte de su padre, hasta la aventura de Murphy alejado de Arkadia y los Skaikru. Jasper se ha intentado suicidar, pero al descubrir que pronto acabará el mundo, ha decidido exprimir el tiempo a tope y ha cambiado de actitud de un capítulo a otro, siendo igual de pesado en ambos. Y los mayores vuelven a protagonizar los momentos más tediosos de 'The 100', no me interesa el rollo entre Abby y Markus, no parece que vaya a llegar a nada, y es posible que uno de ellos muera, por lo prescindibles que se están volviendo. Por otra parte, Thelonious, ya sin ALIE, está arrepentido de todo lo ocurrido con los chips, se muestra como un corderito siguiendo las órdenes de Raven.

Hasta el momento nos han presentado dos capítulos dispares, el primero mucho más denso, para ponernos en situación y creando una especie de transición entre una temporada y otra. El segundo episodio ha sido más interesante, aunque siguen empeñados en crear nuevas tribus y clanes que hacen que nos perdamos. 'The 100' se está enrevesando demasiado, llega un momento en el que es difícil saber quién va con quién, quizás la serie se esté empezando a quemar, pidiendo un desenlace a gritos, antes de que sea demasiado tarde.

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