(Contiene spoilers hasta el capítulo 4x10)
Poco a poco '
Switched at Birth' se ha ido haciendo un hueco en el calendario de muchos seriéfilos. No es una serie seguida por masas, pero su público es muy fiel, y lo lleva demostrando casi cuatro
largas temporadas. La premisa con la que empezó ya no es más que una excusa para desarrollar la vida de
unos personajes que han ido entrando en nuestras vidas hasta llegar a quererlos.
Esta temporada la hemos empezado afrontando las consecuencias un drama en mayúsculas, la muerte de Angelo ha trastocado a los Kennish-Vásquez, especialmente a Regina, que no encontraba su lugar en los primeros episodios, pero hemos visto cómo con la ayuda de la familia ha conseguido salir del bache, e incluso volver a creer en el amor.
Lástima que el amor siempre sea la tarea pendiente de Bay y Daphne, sobre todo ésta última no acierta con los chicos, aunque parece que ha podido encontrar su alma gemela, ya veremos cuánto le dura. No obstante, estos diez episodios Daphne ha estado más centrada en otros asuntos, después de liarla la temporada pasada vuelve a ser el angelito que nos encandiló en los primeros capítulos. Esta chica es una montaña rusa, un día es la más macarra del barrio, y el siguiente es dulce, comprensiva y adorable. Puede que a los guionistas se les esté yendo la mano con este personaje, sin rumbo.
Todo apuntaba a que la díscola de la familia sería Bay, pero últimamente la morena se está portando muy bien. Eso no quiere decir que tenga suerte, primero se ve obligada a hacer labores de limpieza en las calles para salvar el pellejo de su "hermana", y después descubre que su relación con Emmett se va a pique. El pelirrojo ha empezado su carrera como director en Los Ángeles, y no se le ocurre otra cosa que rodar un corto sobre su historia con Bay, algo que no ha sentado nada bien a la chica, sobre todo por el desenlace del guion.
Otro culebrón de la temporada ha sido la no violación de Bay, tema escabroso y cogido con pinzas. Muy 'Melrose Place'. Las consecuencias de este hecho protagonizado por Tank y su ex han sido muy jugosas, nos han regalado diálogos y escenas de aplauso, pero no ha resultado del todo creíble. A partir de ahora parece que Emmett tiene vía libre para liarse con su compañera en L.A., Skye.
El matrimonio Kennish ha estado en un segundo plano, y se agradece, porque la vena literaria y los musicales de Kathryn me aburren una barbaridad, igual que todo lo relacionado con Papa Kennish o su hijo, el músico frustrado. Por si eso fuera poco, meten un personaje nuevo en la vida de Toby, la profesora estricta que sobra más todavía que él. En cambio, a la que sí he echado de menos es a Melody, la madre de Emmett, es de los personajes más cabales y auténticos, además la actriz lo hace genial.
En la segunda mitad de la temporada veremos a una persistente Daphne, intentando ejercer la medicina, tal vez como intérprete del centro médico en el que ingresaron a sus amigos tras ese accidente tan innecesario indescriptible. Bay y su soltería también darán que hablar, aunque puede que ella también sea persistente con lo de Emmett, algo que no le recomiendo.
No es una serie imprescindible, ni siquiera se la recomendaría según a qué tipo de personas, pero a día de hoy no me imagino mi agenda televisiva sin la presencia de '
Switched at Birth' y
ese universo tan agradable y acogedor que ha logrado crear ABC Family.