La exitosa edición de '
Supervivientes' ha terminado por todo lo alto, repitiendo cada uno de sus rituales, y desarrollando la final de la misma forma que lo vienen haciendo los últimos años. El concurso presentado por Jorge Javier Vázquez,
lejos de quemarse, ha conseguido un espléndido 33,1% de share en la final.
Puede que los famosos elegidos este año hayan sido más mediáticos y polémicos que en las ediciones anteriores, o que no hubiese un claro favorito desde el comienzo, eso ha podido empujar a 'Supervivientes' a cifras estratosféricas, mientras que su primo, 'Gran Hermano', sigue cayendo incluso en su versión VIP. Sin embargo, sigo sin entender que acudan en masa a la cita de cada domingo, martes jueves, las pruebas suelen ser las mismas, las peleas en la palapa son totalmente provocadas por la organización, mientras que el presentador siempre está dispuesto a echar leña al fuego, y todo se eterniza, aunque no haya nada nuevo que contar.
Concursantes de todo tipo
Es difícil hacer un buen casting de famosos, y que salga mejor de lo esperado, con broncas protagonizadas por los concursantes más codiciados del reality. Alba, Laura y Gloria Camila han sido tres camorristas de primera, estaban en todas las broncas, y eso ha dado vida al concurso, pero no lo es todo. Aparte de quejarse constantemente y saltar a la primera de cambio, haciendo la convivencia más difícil, también hay que dejarse la piel como superviviente, porque de eso trata el concurso, sino se diferenciaría más bien poco de 'GH VIP'.
De hecho, el público suele premiar al que mejor hace las veces de robinson, por eso José Luis ha sido justo ganador de 'Supervivientes 2017'. El cocinero cumple con las características de un superviviente, y no sólo se ha limitado a pescar y cocinar para sus compañeros, sino que aparte de compartirlo también ha sido el centro de muchas críticas y peleas dentro de la isla, algo que ha avivado el amor/odio de la audiencia por este concursante. Se ha mojado en todo momento, y muchos nos hemos sentido identificados con él cuando las últimas semanas Laura no paraba de pincharle para que saltara en directo. Jose Luis ha mantenido la compostura, firme y con educación. Esto también le diferencia de los últimos ganadores, concursantes anodinos de los que ya nadie se acuerda.
El resto del elenco de participantes también ha estado a la altura, y hubiéramos disfrutado más de ellos con galas semanales de menor duración. Kiko ha sido un polemista de cuidado, nos habrá dado vídeos cada semana, pero siempre desde su posición de macarra, como su novia, que ganaba puntos alejada de él. En cambio, Iván entró con un perfil muy similar al de este chico, pero ha tenido una evolución favorable, y seguirá siendo un chulo engreído, pero lo ha dado todo en el concurso, incluso parece que ha madurado.
En el lado cómico tuvimos en principio a Juan Miguel, que resultó ser un fake, engañó a todos con su pose neutral y gracioso sin gracia. Cuando la única razón por la que nos podíamos reír de él con él era por los chistes del presentador sobre sus kilos de más, algo que a mi parecer también estaba fuera de lugar, sobre todo cuando se repetía en cada gala, en cada conexión. Luego hacemos campañas antibullying y tendría más valor centrarse en estos detalles, ante millones de personas.
Por lo tanto, Juanmi tuvo poco de chistoso, realmente sacaron su vis cómica, sin pretenderlo, Leticia Sabater y Paola. La primera ha sido una descarada, como nos tiene acostumbrados, metiendo cizaña en cada momento, y siendo bastante tocapelotas. La italiana era totalmente desconocida para el público español, pero ha destacado más que otros que entraron como grandes promesas, y llevaban "Bigote". Por no hablar de algún descarte de 'Mujeres y Hombres y Viceversa', como el soso Alejandro, las prescindibles Mellis o el bochornoso papelón de Janet como zombie.
Y para papel el de Lucía Pariente fuera del concurso, intentando poner cara angelical, sin conseguirlo. La madre de Alba Carrillo es una villana de los pies a la cabeza, y me gustaría verla en otro reality de la cadena, esta vez sin su hija, para que pueda ser ella misma sin que nadie la frene. Alba ganó muchos puntos alejada de su madre en el concurso, tanto que se ha convertido en semifinalista.
Sin novedades en las galas
Las eternizadas galas de los jueves no han tenido ningún cambio sustancial. Metieron la broma de los zombies durante las primeras semanas, pero volvieron al palafito tras la unificación, como si se tratara de toda una innovación. Las pruebas siguen sin ser espectaculares, aunque cuando las disputan concursantes que lo dan todo se tornan interesantes, por simples que sean, como es el caso de la apnea, que continua dando guerra años después.
Lara Álvarez sigue correcta en lo suyo, otra persona le daría más garra a su labor de copresentadora desde la isla. Ella se limita a reír las gracias a Jorge Javier y repetir lo que él dice. Demasiado recta para mi gusto, no se sale del guión, ni de las líneas marcadas. Vale, está bien ver que en Telecinco la televisión sigue trabajando gente disciplinada, pero en 'Supervivientes' buscamos algo más desmelenado, el perfil de Raquel Sánchez Silva, o incluso de Paula Vázquez, fue idóneo.
Jorge Javier sigue en su línea, poco más se puede añadir que no haya dicho ya en anteriores ocasiones. Puedo decir que para mi gusto lo hace mejor en 'Supervivientes' que en 'Gran Hermano', excepto cuando lee el cue, que se le da fatal. Al presentador le sienta bien improvisar, justo lo contrario que a su compañera en la isla, aunque a veces se pasa de rosca: tirando la caña a Eliad Cohen, medio broma pero en serio; o con el machaque hacia las Mellis, que no merecen menos, pero como espectador cansa. A eso hay que añadir sus juicios y sentencias, o la obsesión que tiene con el sexo y todo lo que le rodea.
La llama de 'Supervivientes' está muy viva, la audiencia lo respalda, y su mecánica parece inagotable. Mientras haya concursantes dispuestos a mojarse y a dejarse la piel en cada prueba esto tiene cuerda para rato. Este año la duración ha sido más larga que en otras ocasiones, tres meses en la isla. Tal vez por eso hayan tenido más pruebas de recompensa que nunca, algunos no paraban de ponerse las botas cada semana, habría que verles sin esos "lujos puntuales". No dudo que el año que viene repetirán la misma táctica, aunque me gustaría ver a concursantes anónimos, o una mezcla, porque para meter a gente que no conocen más que en su casa podrían aprovechar y hacer de nuevo una edición mixta de anónimos y famosos en condiciones.