Ha arrancado la enésima edición de '
Supervivientes', y como vienen haciendo los últimos años, los participantes ya estaban anunciados a bombo y platillo. Todos ellos llevaban varios días conviviendo en un hotel cercano a la isla donde van a estar durante un par de meses. La primera gala no nos ha deparado
ninguna sorpresa, todo ha sido bastante lineal, como si hubieran copiado y pegado la escaleta y guion del año pasado, cambiando algún nombre.
Y digo alguno porque incluso uno de los concursantes es repetido, Antonio Tejado participó hace dos años en el mismo concurso, pero tuvo que abandonar por razones médicas. Parece que desde la "repesca" de Suhaila el programa ha decidido rescatar a uno de los participantes que haya tenido que abandonar a la fuerza en alguan edición anterior. Sin embargo, sigo sin ver la necesidad de hacer algo así cuando podrían escoger a cualquier otra persona, y cuando digo "cualquier otra" meto en el saco también a anónimos.
Siempre que hablo de 'Supervivientes' termino implorando que vuelvan a sus ediciones iniciales, algo que no va a ocurrir jamás, al menos no en Telecinco. En Mediaset tienen la lección aprendida, y hacen de todos sus realities un apéndice de 'Salvame'. De hecho, no debemos olvidar que el programa vespertino empezó como un debate del concurso de aventuras. La salvamización de los reality-show de la cadena se lleva gestando unas cuantas temporadas, en 'Gran Hermano' ocurre lo mismo, incluso en el de anónimos. Y en vista del éxito cosechado en el estreno de esta nueva edición (29% de share) dudo que cambien de táctica.
Como en la gala de anoche apenas pasó nada relevante, me limito a escribir acerca de la involución del concurso, que aunque oficialmente no cuente con anónimos en el reparto, sí que hay unas cuantas caras que solo las conocerán en su casa, y a la hora de comer si me apuras. Un modelo que dice ser panadero y fontanero; la Miss España de turno, parece que entran por contrato con Oropesa del Mar, o donde se celebre ahora ese insignificante certamen; otro modelo, esta vez italiano no vaya a ser que Vasile no se sienta como en casa; o la novia de Carlos Lozano, que llevan saliendo unos 10 meses y restando realities de televisión y la distancia no habrán estado juntos más de un trimestre.
Es pronto para juzgar el casting, porque los buenos concursantes se demuestran con el paso del tiempo. Sobre todo en un concurso como este, donde a medida que pasan hambre y calamidades van saliendo los caracteres de cada uno de ellos. A priori, puede que la revelación del año sea Dulce, una mujer que ha estado siempre a la sombra del clan Pantoja, aunque no hay que perder de vista al ganador de 'Pasapalabra', que representa un perfil nuevo para el reality.
Y volviendo a '
Sálvame', no podía faltar un representante del programa, en esta ocasión ya es sabido por todos que su nombre es Mila Ximénez, y lleva confirmada casi desde antes de que acabara la edición anterior. En el primer programa ya han dejado ver la complicidad que tiene con el presentador, desde el primer segundo Jorge Javier se ha dirigido a ella especialmente, y para colmo la convierten en líder. ¿Ya empiezan a asomar los
palmeros en la isla? Aunque pensándolo bien, a ver quién se encara con esta señora, igual muerde...
La edición no pinta interesante, no si la juzgamos por lo que hemos visto, que no es poco, porque casi cuatro horas de gala deberían ser suficientes para mostrarnos alguna novedad. Las pruebas han sido calcos de las de otras ediciones, usando incluso la misma bañera de barro a la que no le encuentro la gracia. La prueba de encontrar una llave entre el barrizal puede llegar a ser casi tan aburrido como ver saltar de un avión a concursantes de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' o sucedáneos. Supongo que los directivos están cruzando los dedos para que empiecen las peleas y el mal rollo, porque 'Supervivientes', desde hace una década, nunca se ha definido como concurso de aventuras, y menos ahora con la salvamización de Telecinco en auge.