Nadie se fía de nadie en el Imperio Roy, presidido por Logan, el patriarca y fundador de una gran empresa especializada en el medio audiovisual. Logan es un octogenario con la salud debilitada que piensa en el futuro de su negocio, y candidatos no le faltan para suplirle cuando decida bajar del trono.
Los protagonistas de ‘
Succession’ son
los cuatro hijos de Logan Roy, todos ellos han crecido en un ambiento tóxico, rodeados de lujos y poder. La toxicidad deriva en los caminos escrutados para llegar a posicionarse donde están, Logan ha pisado muchas cabezas y ha traicionado a un gran número de personas para obtener esta posición privilegiada que ahora le puede costar la salud.
HBO ha paralizado el rodaje de la tercera temporada de ‘Succession’ debido a la crisis del Covid-19, pero las dos primeras tandas están disponibles en la plataforma de pago. Es una de las series a las que os animo a acercaros en época de confinamiento, capítulos de una hora que pasan rápido, a pesar de que las tramas y las presentaciones de los protagonistas avancen de forma lenta, pero segura.
La primera temporada nos sirve para conocer a la familia Roy, mientras que en la segunda parte los problemas se van haciendo enormes, hasta ahogar a todos y cada uno de los miembros de este excéntrico clan. Son una gran prueba de que el dinero no da la felicidad, muchas veces trae problemas, sobre todo cuando la forma en la que has ganado ese dinero es de dudosa ética.
Cuatro hermanos, un destino
Kendall es el hijo que siempre ha estado al lado de Logan en los negocios. El perrito faldero de papá, un tipo sin escrúpulos que se va desinflando a medida que avanza la serie. La bajada de Kendall a los infiernos y su debilitada apariencia en la etapa final son de lo mejor de ‘Succession’. “Todo lo que sube baja”, y en este caso la expresión se ha hecho real de una manera muy cruda para el hijo de Logan.
Las traiciones de Kendall a su padre le pusieron en jaque en la primera tanda, pero Logan no tiene mucho donde elegir, porque otro de sus vástagos, Roman, cada vez está más cerca de las altas posiciones de la empresa, pero sin atisbo de productividad. Es el sarcástico de la familia, un caradura que no tiene reparos en decir lo que piensa, aunque siempre esté pensando en temas desagradables y macabros. Como personaje es un as, pero realmente da miedo, y su familia lo sabe.
Los que aparentan ser más normales son casualmente los que más se alejan del negocio familiar. Connor es el mayor de los cuatro hermanos, pero ha decidido tomar otro camino, alejado de los Roy, pero sin perder ojo a ese jugoso trono que podría dejar Logan más pronto que tarde. Su relación de pareja con una joven aspirante a actriz no es tan idílica como quiere hacer ver. Los ricos también lloran, obvio.
La única chica es Siobhan, trabajadora y luchadora, con una carrera de prestigio fuera de los círculos de los Roy. Sin embargo, su marido sí está enchufado en el imperio de Logan, aunque le maneja como quiere, y Tom se deja, y es que le gusta el dinero y el poder más que a un tonto un lápiz. Además, se siente genial pudiendo mangonear a su antojo a la nueva adquisición de la empresa, el primo Greg, un joven mojigato al que le viene grande cualquier puesto de trabajo.
Una comedia encubierta
Lo que más me gusta de ‘Succession’ es que no tiene complejos, presenta a sus personajes desde las vísceras, enseñando lo más bajo del ser humano de una forma natural y con un ápice de sátira. Se trata de un drama por la historia que nos cuenta y por la estructura de la ficción, pero es más fácil reír que llorar con ‘Succession’.
La música que acompaña cada secuencia va acorde al espíritu de la serie, con un Nueva York ambicioso como telón de fondo y unos personajes a los que es difícil querer, pero los acabas sintiendo tuyos. Son dignos de alabanza los malabares que ha tenido que hacer el equipo de guionistas para conseguir que esta manada de corruptos caiga en gracia. En ocasiones, me he llegado a imaginar a los políticos corruptos de nuestro país en la piel de estos personajes, riéndose de todos mientras salen en las noticias o creyéndose inmunes y superiores al resto de mortales.