(Contiene spoilers irrelevantes de la 2ª temporada)
Los Altman se están adaptando a Chatswin, aunque George lo está llevando mucho mejor que Tessa, ya que en ese inhóspito barrio residencial ha encontrado al amor de su vida, la superficial y bondadosa, a partes iguales, Dallas. En la segunda temporada
todos los personajes evolucionan evitando la temida estancación, '
Suburgatory' supera ese bache, pero no se libra de los episodios mediocres a lo largo de la segunda etapa, algo que ya ocurría el año pasado y no han conseguido hacer frente a ese fallo.
Caer en lo absurdo o llegar a rozar la ridiculez es algo a lo que '
Suburgatory' nunca ha temido, la serie se respalda en ser
una sátira de todas esas comedias o dramas basadas en los mejores barrios de la periferia de Nueva York donde conviven felizmente los más adinerados de la comarca. En la sitcom siguen dibujando a esas personas como seres insustanciales a los que solo les importa el exterior.
No obstante, los Altman este año han aprendido una lección, no todo es lo que parece, y tal vez ellos hayan pecado de lo que tanto critican, basándose en las apariencias de sus vecinos. Así han descubierto el corazón de Dallas, aunque a mi parece siga siendo más tonta que buena, pero es lo que nos pretenden vender en la comedia. La clave de los forasteros que llegan a Chatswin está en aprender a amar a sus vecinos, conociendo sus defectos, pero quedándote con sus virtudes, como en el afán de protagonismo, cotilleo y organización de Sheila o la 'maldad inofensiva' ¿eso existe? de Dalia, la bruja del cuento.
Sin Dalia la serie perdería mucho, su pose robótica y sus comentarios hirientes, esos que suelta como una bomba y se queda más ancha que larga como si no hubiera dicho nada. La actriz Carly Chaikin destaca por encima del resto del elenco, también es cierto que su papel es mucho más jugoso y novedoso que el de los demás, metidos en la piel de personajes ya trillados en este tipo de ficciones.
Si Dalia es la noche, Lisa Shay es el día. La hija de Sheila no tiene nada que ver con su familia ni con el entorno en el que vive, quizás por eso sigue siendo la mejor amiga de Tessa en la segunda temporada. Su deseo por ser adoptada se esfuma cuando descubre que realmente el que no pertenece a los Shay es su hermano Ryan, el ojo derecho de la familia se derrumba al recibir la noticia, pero pronto descubre cómo beneficiarse de este supuesto drama.
La historia da un giro con la relación de Ryan y Tessa, que llega a su fin debido a la marcha del chico popular del instituto. A mi parecer se trataba de una pareja forzada por el afán de los guionistas en buscar un chico para la protagonista. Quizás pasar un tiempo fuera con su madre le venga bien a Tessa y regrese el tercer año con el chip cambiado, lo necesita ella y la serie.
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Suburgatory' nunca ha pasado de ser una serie del montón, pero recoge buenos momentos, y la tercera temporada promete
cambios agradables, como la salida de Noah (amigo de George) y del consultor del instituto, completamente prescindibles y cargantes. Además, queda por descubrir como afronta Dalia su pasión por George, trama que quedó colgando y de la que solo tiene constancia una precavida Lisa.
ABC sigue confiando en la serie de Emily Kapnek, y yo no pierdo la fe en que la tercera etapa pueda regalarnos momentos divertidos y tramas imposibles, siempre con el toque de
'Suburgatory', donde lo común se torna estridente.