'Skam': no todo es “nordic noir” en el Norte de Europa

Cuando nos hablan de la ficción escandinava nos vienen a la cabeza los thrillers y series llenas de misterios y muertes macabras en una estampa gris. En el Norte de Europa también hacen otro tipo de ficciones, y pueden ser igual de disfrutables, o enganchar sin la necesidad de la intriga a la que estamos acostumbrados por estos lares. 'Skam' cumple con la audiencia que busca algo diferente, y nos presenta una serie teen muy madura, con buenos actores y unas historias que convencen.

La naturalidad de los protagonistas de 'Skam' es de alabar, y en eso no solo se han esforzado los actores, también el equipo que hay detrás, tanto guionistas como responsables de casting. No es habitual poner a menores de edad haciendo de menores de edad, de hecho, en el instituto en el que se basa la serie casi todos tienen la edad que interpretan un año arriba/abajo, algo que da veracidad a los hechos que acontecen en 'Skam'.

La serie noruega cuenta hasta la fecha con tres temporadas, y la primera de ellas se centra en Eva, una joven de primer curso que no tiene muchas amigas, de hecho siempre se refugia en su novio, y en el inseparable amigo de éste. En casa las cosas están frías, porque la madre de Eva apenas aparece por allí por temas de trabajo, y el padre vive a cientos de kilómetros de Oslo. La soledad que siente Eva le impulsa a buscar un grupo de amigas que surge de manera algo precipitada, tal vez en lo que más patina la serie.

Eva se hace amiga de una chica nueva que está en las mismas circunstancias que ella, no conoce a nadie en el instituto, y se apoyan mutuamente desde el primer momento. Es más, Eva ya se había fijado en Noora a través de las redes sociales, es una chica muy guapa y extrovertida. También está Vilde, una drama queen de cuidado, pero muy valiosa en la serie, además es de esos personajes a los que vas cogiendo cariño a medida que los vas conociendo. Vilde es algo más que una niña pija con prejuicios, y está aprendiendo de sus errores.

Menos protagonismo tienen Chris y Sana. La primera es la "graciosa" del grupo, muy descarada y no se corta ni un pelo, por eso hace buenas migas con Sana, una chica de origen musulman sin pelos en al lengua. Sana podría ser la revelación de 'Skam' en futuras entregas, es todo un portento y su relación amor/odio con Vilde es de lo mejor de la primera temporada. Después hay otro Chris, en este caso un chico, del que Eva queda prendida, pero más adelante se llevará una desilusión, lo que le hace discutir con Jonas, su pareja actual.

Ver cómo se desenvuelve este grupo de chicas es hipnotizante. La serie recuerda en muchos aspectos a 'Skins', aunque no tiene nada que envidiar a la ficción británica. Las dos se complementan, y ninguna ha tenido miedo de innovar y dar un paso más en las historias de instituto, intentando no caer en los manidos tópicos, o al menos no tratar al público que consume este tipo de productos como si fuera tonto. La narración es mucho más madura que cualquier otra serie teen, y no dudan en arriesgar con planos poco habituales e historias que desentonarían en un canal en abierto de Estados Unidos.

Ya he devorado la primera temporada que se emitió en 2015 en Noruega, faltan otras dos para atrapar el ritmo de la serie. Juega a su favor que las temporadas no sean de más de 12 capítulos, y cada episodio dura alrededor de 30 minutos. Aunque la duración es irregular, los hay de 17 minutos, y otros que casi llegan a la hora, siendo más habituales los cortos. Además, juegan con el espectador, apostando por cliffhangers que no te dejarán indiferente si te involucras en la historia de Eva y sus amigos/enemigos.

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