Estuve enganchado a 'Skam',
la original, la que se rodó en Noruega con unos personajes naturales y un guion que emanaba realidad por todos los costados.
En 'Skam España' se les ha podido ir la mano en algunos momentos, dejándose llevar por otras ficciones nacionales y perdiendo el eje de la serie nórdica que han adaptado, en general, con acierto.
Los personajes son idénticos, y se han centrado durante la primera temporada, también de once capítulos, en Eva. Como adaptación que es, los primeros episodios eran un calco de la original, cambiando algunas expresiones y diálogos para que el público español se identifique con los nuevos personajes, incluso los nombres han decidido que sean los mismos, o similares. Sin embargo, a medida que avanzaba la temporada, estos personajes y el argumento han ido desmarcándose, encontrando su propia personalidad.
Me gusta que los actores tengan libertad a la hora de interpretar, se nota que algunas de las frases, coletillas o momentos en general son naturales, improvisados. En cambio, los propios actores han sido en ocasiones el gran fallo de la serie, algunos más que otros. Lucas o Viri se llevan la palma, no son creíbles en sus acusaciones, sobreactuando la mayor parte del tiempo, algo que apenas ocurre con Jorge, un buen fichaje junto a Nora, que además va a ir adquiriendo más protagonismo en la segunda tanda, y la actriz apunta maneras. Nicole Wallace (la española) lo tiene complicado por el precedente que sentó Josefine Frida Pettersen, la Nora original.
Volviendo a la primera temporada que ha acabado recientemente en Movistar+, Eva y Jorge han sufrido un sinfín de altibajos, "ahora vuelo, ahora lo dejo, mejor sola, etc.". De hecho, en 'Skam España' han incidido especialmente en el feminismo, y no solo por usar canciones como "Lo Malo" en momentos concretos, haciendo referencia a la libertad de las chicas de decidir cómo, cuándo y con quién. En la traca final de la primera temporada, las chicas demuestran que unidas son más fuertes, y el quinteto se consolida a pesar de las zancadillas.
Estas zancadillas no se dieron en la original, igual que la salida del armario de Lucas, mucho más diferente en el caso de Isak. El joven noruego fue descubierto por su historial del navegador del móvil, repleto de pornografía gay, mientras que Lucas lo hace de un modo más común, contándoselo a su amiga Eva. Es más, Lucas y Eva no son tan amigos en la primera versión de la serie, y en 'Skam España' Lucas tiene más confianza con ella que con Jorge.
Son pequeños-grandes cambios que no afectan a la esencia de la serie, y es necesario que se adapten ciertas actitudes y tramas, aunque algunas pueden salir peor que otras. Por ejemplo, el Alejandro de la española no tiene el gancho de su personaje homónimo noruego (William), pero va a tener ocasión de lucirse en la siguiente etapa junto a Nora.
'Skam España' es especial y se ha distinguido de la original, creando un nuevo Universo, especialmente entre las chicas protagonistas que han hecho una piña y ahora juntas no hay quién las pare. Movistar ha hecho un buen trabajo en redes sociales, lugar en el que nació la serie. Instagram o Twitter han sido las mejores referencias para seguir la serie, con las cuentas de los personajes como si fueran reales, actualizando cada día los diferentes perfiles.
Con sus más y sus menos, 'Skam España' aprueba con nota, y los fans de la original agradecemos que hayan apostado por una adaptación de una de las mejores series juveniles de la historia. Ahora podemos hablar de 'Skam' y que no nos miren raro, porque cada vez más gente está descubriendo este proyecto innovador en el que la naturalidad brilla sobre el resto de aspectos de la serie. Ya lo hizo en su día la británica 'Skins', dando un paso más allá en al ficción juvenil, que no siempre tiene por qué estar dirigida solo a adolescentes, ni tratar a éstos como cabezas huecas que solo piensan en enrollarse unos con otros. Esa etapa ya pasó, y las tramas pueden ser más sesudas, con denuncia social incluida, 'Skam' lo ha demostrado.