‘Shameless’ da con la clave para no echar en falta a Fiona

La décima temporada de ‘Shameless’ ya está en marcha en Showtime y en Movistar. Se se trata de uno de los inicios más complicados, porque deben asumir la falta de una de las protagonistas más potentes de la ficción. Fiona dejó de algún modo huérfanos a los Gallagher y parece que su sustituta va a ser Debbie. Eso es lo que han indicado muchos tras ver los primeros minutos del regreso de la serie, pero personalmente no creo que vaya a ser así, la hermana pequeña no ha perdido su picardía, algo no muy habitual en Fiona.

Debbie no ha tardado en hacerse la responsable del fondo monetario que dejó Fiona como “herencia”, y en lugar de repartirlo ha optado por “meterlo en el banco”. La picaresca de esta familia se extiende a todo el clan, y Debbie no podía ser menos, que ha gastado el dinero en artículos de lujo para convertirse en una influencer y presumir de lo que no tiene a través de Instagram. La intención de la joven es devolverlo una vez lo haya usado, pero puede que esta treta no le salga tan redonda como piensa.

Por su parte, Frank se ha encontrado con un amigo de la temporada anterior, Mikey. Este año se ha convertido en la piedra en el zapato de lujo de Debbie, y no duda en chantajearla a cambio de dar a Frank el sitio que le corresponde en la familia. En resumidas cuentas, lo que quiere es que su amigo tenga a su disposición la parte del dinero que es suya, y así invertirlo muy posiblemente en alcohol.

La noticia de que Lip iba a ser padre fue una de las sorpresas de la novena etapa, y en el comienzo de la décima ya tiene a su hijo en brazos. Va a ser duro para Lip hacerse cargo del niño con la madre en la UCI. El parto no ha sido fácil y Tammy puede que salga con secuelas del hospital, por lo que Lip se va a tener que poner las pilas, a la fuerza.

Carl va a seguir con trapicheos, ya lejos de la escuela militar y de regreso al restaurante de comida rápida en el que trabajó anteriormente. La trama se presenta un poco repetitiva, es como si cada vez tuvieran menos claro qué hacer con este personaje, tal vez un giro radical no le vendría mal. Incluso Liam le está adelantando, casi hasta con más diálogo y más gracia que el travieso de la familia. El punto dramático de la historia del pequeño de los Gallagher me llama la atención, quiere conocer sus raíces, aunque no tiene mucho sentido porque son las mismas que las de sus hermanos. Sin embargo, hay algo en él que hace que te sientas identificado, o al menos comprendas de algún modo el drama del primer mundo en el que está sumido Liam.

Veronica sirve de ayuda en muchas ocasiones en el caso de Liam, aunque para Lip también está siendo un apoyo. La forma en la que el matrimonio Ball quiere hacerse rico sigue siendo de dudosa ética, siempre encontrando un modo corrupto de hacer que reflote el bar, bien sea robando a un pobre mensajero o prostituyendo a Kevin.

El adiós de Fiona se ha tapado con el retorno de Ian y Mickey desde la cárcel, el verdadero Mickey, al que realmente queremos, y no el nuevo amigo al que se ha acercado Frank. Su rutina en prisión ha hecho mella en la pareja, y nos presentan una historia diferente en un entorno al que no estamos acostumbrados en ‘Shameless’.

Me gusta que hayan arriesgado con esta trama, ofreciendo algo diferente, desvinculado del día a día del resto de la familia en el barrio periférico de Chicago. Las aventuras de Ian y Mickey en la cárcel puede ser un revulsivo para ellos y también para la serie, dando la sensación de estar viendo un spin-off dentro de cada capítulo.

Pensé que sin Fiona se resentiría la ficción, pero los dos primeros episodios de la 10ª temporada han demostrado que los Gallagher siguen teniendo mucho que contar. No me canso de ver los líos en los que se mete esta familia y sus vecinos. Emmy Rossum es muy grande, pero el resto también mantienen el nivel en lo alto.

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