'Sense8' no puede acabar así

La semana pasada nos llegaba la noticia sobre la cancelación de 'Sense8'. Viniendo de Netflix sorprende mucho que se ventilen una ficción de la noche a la mañana, y sin haber cerrado sus tramas. Es más, la segunda temporada de la serie que crearon las hermanas Wachowski termina con un cliffhanger que debe continuar, la historia no estaba ni mucho menos acabada.

La propia Netflix ha rescatado series que fueron maltratadas o fulminadas por sus cadenas originales, y ahora nos sale con estas. Vale, la audiencia de 'Sense8' no sería para tirar cohetes, pero en principio no es ese el objetivo principal de la plataforma. Por otra parte, si nos regalaron un especial de Navidad sacado de la manga, no les costará mucho dar luz verde a un episodio extra, para despedirnos de los sensates como merecen.

Tampoco es que yo sea un fan incondicional de la serie, pero en su segunda tanda de capítulos ha mejorado notablemente el ritmo de las tramas, y los personajes están mucho mejor dibujados, con diálogos algo menos banales que en sus inicios. Puede que prescindir del hilo conductor en gran parte de la temporada haya jugado a su favor, aunque definitivamente no le ha servido a Netflix.

Me refiero a toda la trama de la conspiración contra los sensates, en la que Whispers es el villano al que todos persiguen, con la tal Angelica deambulando por ahí y el actor que daba vida a Sayid en 'Perdidos' yendo de intenso, que no le pega nada. Para mí esa es la peor parte de la serie, la más inverosímil y forzada, que finalmente no ha llegado a nada. Sabemos que existen más grupos de ocho personas conectadas a lo largo del mundo, y que también han intentado luchar contra Whispers, aunque su destino ha sido incierto.

Esta temporada ha servido para consolidar al personaje de Sun, la gran revelación, con una historia de amor a la que no le han sacado mucho jugo, pero me parece genial, para así poder tenerles más aprecio todavía. Sun y el agente que va tras ella se conocieron en la adolescencia, y se dieron cuenta de ello tras una pelea en la que ella ganó, una escena probablemente inspirada en 'El Rey León', cuando Simba y Nala se reencuentran en la selva, ¿solo yo lo he pensado?

Dejando a un lado Disney, Lito ha vuelto a ser uno de mis favoritos, el actor empieza a levantar cabeza con la ayuda de Daniela y su fiel pareja. Salir del armario le ha ayudado a ser él mismo, no sólo de puertas para adentro, también ante la imagen pública. La forma que tiene 'Sense8' de tratar este tipo de temas es sublime, lo hacen con toda la delicadeza y naturalidad del mundo, era una gran ventana hacia la tolerancia, y Netflix se la ha cargado de malas maneras.

Nomi y Amanita cada vez estaban más unidas, la novia de la sensate ya es uno más, incluso en las últimas escenas acompaña al resto de protagonistas para llevar a cabo la enésima misión. No ha faltado la acción este año en 'Sense8', mucho más dinámica y emocionante. A pesar de que personajes como Riley y Will sigan empeñados en amargar la existencia a todo el que se les acerca, qué tristes son. Vale que él haya estado enfermo, pero a los guionistas se les ha ido la mano alargando el estado del policía.

No ha habido tiempo suficiente para explotar la relación entre Kala y Wolfgang, una pena, porque forman una pareja genial, y ahora que la chica iba a confesar a su marido sus sentimientos por un ente fantasma, van y nos dejan sin ver la acción del susodicho. También nos quedamos sin ver la evolución de Capheus como político, seguro que tendría que lidiar con mafias, extorsiones y muchos problemas que pondrían a parte del pueblo en su contra, y ahí estarían los sensates para ayudarle.

Me gusta cuando se unen para sacar de apuros a los compañeros, sobre todo este año en la cárcel con Sun, o en el episodio final en el que el hermano de la coreana es el protagonista. 'Sense8' era una ventana al mundo, podíamos viajar a diferentes países a lo ancho del globo terráqueo sin cambiar de canal, una gozada. La imagen, la fotografía y la factura de la serie en general estaba cuidada al detalle, aunque en ocasiones fallaban en el guión, con obviedades que estaban limando y mejorando. Ojalá Netflix recapacite, aunque me temo que ya es tarde.

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