Revisionando 'Friends': Temporada Dos

En la segunda temporada de 'Friends' seguimos conociendo las manías y costumbres de cada personaje. No es de las mejores etapas de la serie, si tenemos en cuenta las Díez magníficas temporadas, pero se puede decir que a pesar de emitirse hace ya veinte años, la serie ha envejecido muy bien. Incluso hay comedias que a día de hoy tratan las mismas tramas, o similares.

Todo empieza desde el mismo punto en el que terminó, con Ross despegando en Nueva York con una china de la mano. Rachel esperaba encontrarle solo y declararle su amor, pero lo han tenido que aplazar unos cuantos episodios, porque el corto, y previsible, noviazgo de Ross y la asiática duró unas cuantas semanas. Así los fans de la pareja disfrutaron más si cabe la unión de la pareja. Los celos de Rachel son divertidos, y la escena de la cafetería en la que está borracha y se le escapa ese "ya te he superado" marca un antes y un después en su relación, y en la serie en general.

Ross no tarda en olvidar a la que ya es su ex, y durante media temporada está muy acaramelado con Rachel, demasiado para mi gusto. En 'Friends' siempre me han gustado más las tramas individuales o entre amigos que los rollos románticos y las parejas metidas con calzador, especialmente el tira y afloja de Ross y Rachel. Pero es lo que hay, y merece la pena tragárselo por disfrutar el resto de la serie.

Joey también tuvo bastante protagonismo aquel año. El actor encuentra el trabajo de su vida, interpretando al que después será mítico Drake Ramoray, en una serie tipo 'Urgencias'. Lástima que los guionistas tengan preparado para él un destino dramático, que deja a Joey fuera de las cámaras durante largo tiempo.

Pero antes de engrosar la lista del paro, el joven se muda a un piso con muchos más lujos que el que comparte con Chaendler. Esto lleva a que la pareja de amigos discuta y no se hablen durante un tiempo. En ese tiempo Chaendler encuentra pareja de piso, un tipo inquietante que parece tener algún trastorno, a pesar de que al principio daba la sensación de ser un chico normal y simpático. Mitad español, por cierto.

En cuanto Ramoray cae por el agujero del ase censor y Joey se queda en coma, se deshace de todas las cosas (y vaya cosas...) caras que ha comprado y vuelve con Chaendler, dando la patada al loquito de Eddie. Bueno, de todo no se deshace, Ross le regala a su amigo una de las figuras a las que cogió más cariño, el horrible galgo gigante que tantas vueltas dará en los diez años de ficción.

La rubia sigue siendo la que más descolgada está en el reparto principal. Sus tramas no suelen tener relación con las del resto, o aparece y desaparece a su antojo, sin tener de momento un vínculo especial con ninguno de ellos. De todas formas, Phoebe es uno de los mejores personajes de comedia en la historia de la televisión, sus salidas de tono y sus respuestas para todo siguen chocando dos décadas después.

Su pasado dramático no para de llamar a la puerta. El año anterior conocíamos a la hermana gemela malvada, y esta vez descubrimos que su padre se ha dado a la fuga dejando una segunda familia en la estacada. De este modo conoce a su hermano, Frank Junior (Giovanni Ribisi), no es un chaval muy avispado, pero quiere mantener la relación con su hermana, y les volveremos a ver juntos.

Joey no ha sido el único que se queda sin trabajo esta temporada, Mónica también está en paro, y encuentra un empleo temporal en una cafetería en la que debe disfrazarse, bailar cuando lo pide el cliente y ponerse relleno en las tetas. Sus amigos son unos cabrones, y acuden al bar solo para ver cómo Monica hace el ridiculo.

Lo más importante en la temporada para Geller es su noviazgo con Richard Burke, su médico de la infancia y amigo de los padres. Tom Selleck da vida a este personaje irregular, aunque aquel año aparecieron por la serie otros rostros conocidos como Julia Roberts o Van Damme. Monica y Richard mantuvieron en secreto el inicio de su relación, hasta que saltó por los aires en una de las celebraciones de la familia Geller.

Todo parecía ir bien, hasta que en la season finale Monica habla sobre tener hijos, algo que a Richard, a estas alturas, ya no le apetece. Puede que sea el principio del fin de la pareja, que nos ha servido para ver cómo Monica va mostrando la patita, con sus manías del orden y la limpieza. Una genio.

Mención especial al episodio en el que los padres de Rachel se van a separar y acuden al cumpleaños de su hija. Los amigos de la chica se ven obligados a hacer dos fiestas, en una la anfitriona es Monica, y en la otra Joey y Chaendler, que preparan una fiesta mucho más divertida, con música y bebida. En cambio, la de Monica está llena de juegos y una relativa diversión que solo ella debe entender. Ya se encarga Phoebe de hacer un trasvase de invitados de una fiesta a otra, incluido el de Gunter, que cada vez tiene más frases.

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