(Contiene spoilers de las seis temporadas)
'The L Word' no fue una serie revolucionaria, ni nunca intentó serlo. Fue uno de los dramas más discretos de la cadena Showtime, y en España mucha gente todavía no sabe ni que existe una serie llamada 'L' (el nombre conciso por el que se conoce a la serie aquí).
En un principio, la historia central de 'L' estaba protagonizada por Jenny (Mia Kirshner) y Tim, una pareja joven y aparentemente normal que se muda a Los Angeles, donde Jenny quiere crecer como escritora, y su novio fiel sigue a la chica en su aventura. Todo empieza a complicarse cuando conocen a sus vecinas lesbianas, dos adorables y simpáticas mujeres que quieren tener un niño.
Pero el problema no surge de la aparentemente feliz pareja lesbiana, sino de una de sus amigas, la camarera Marina, a la que Jenny conoce en la fiesta de las vecinas. La protagonista comienza a sentir algo especial hacia ella y a lo largo de la primera temporada todos nos ponemos en su lugar, sin olvidar que la mayor víctima de todo es Tim, el novio guaperas y bonachón que se mantiene en un segundo plano. A raíz de esa experiencia Jenny Schekter sale fortalecida, y la niña buena que nunca había roto un plato poco a poco se va transformando en una chica ambiciosa, egoista e incluso mala (no hay más que ver la última temporada).
De todas formas, por suerte, no es Schecter la única protagonista de la serie, ya que uno de los encantos de 'The L Word' es su gran reparto, lleno de bellezas lesbianas, cada una de ellas con sus problemas. Uno de los pilares de 'L' fue la polémica relación entre Bette y Tina, las vecinas de Jenny; desde el primer momento se sabe que algo va mal en su matrimonio, y aunque quieran dar a luz a un bebé, las cosas entre ellas dos no van todo lo bien que deberían y por esa misma razón en seis años se separan, vuelven a juntarse, se quieren, se odian, tienen un bebé, intentan tener otro, son infieles, etc.
Por otra parte, la parte cómica de la serie recaía en el trío formado por Shane, Alice y Dana (mis preferidas en su momento). Shane era la más golfa de todas, pero a su vez tenía un corazón de oro, y siempre ha demostrado ser la más fiel entre las amigas, pese a no hacer lo mismo en el terreno sentimental, excepto con la guapísima Carmen (Sarah Shahi), que estuvo a punto de casarse con ella, pero el miedo a ser infiel le empujó a dejar abandonada a su prometida en el altar. En cambio, Alice y Dana formaron una de las parejas más entrañables de la serie, hasta que la segunda murió trágicamente de cáncer, dejando a todo el grupo, y en especial a la que fuera su pareja, totalmente hundido.
Entre los personajes más curiosos de la serie se encuentra Max (o Moira, cuando era mujer), quizás sea el personaje más enrevesado de la historia de la televisión, y a la vez el menos creíble. En un principio, Moira era una chica lesbiana con bastantes rasgos y gestos masculinos, poco a poco se empezó a sentir un hombre hasta llegar a cambiarse de sexo, pero su historia no queda ahí, puesto que Max (su nombre posterior), después de probar con distintas mujeres, comenzó a sentir curiosidad por los hombres, hasta que conoció a su media naranja, con el que parecía feliz, pero... ¡se quedó embarazado! Decidió seguir adelante con el bebé, tras mil dudas, pero su pareja le abandonó, vamos, todo un dramón.
Por la serie han pasado muchos personajes, algunos no han aportado gran cosa pese a haber estado casi todas las temporadas en 'L', es el caso de Kit Porter (hermana de Bette y única mujer heterosexual de la cuadrilla) o Helena Peabody (aburrida y sosa como ella sola). Otras, en cambio, pese a haber aguantado menos en la serie han sido más significativas, por ejemplo Tasha (última pareja de Alice).
He dejado para el final el inexplicable desenlace de la serie, que finalizó con una reducida sexta temporada y en la que la protagonista era una vez más Jenny Schecter. Toda la temporada gira en torno a la repentina y extraña muerte de Jenny, pero nunca llegamos a saber las razones por las que murió, porque la simpática creadora de la serie decidió dejar un final tan abierto que ni siquiera llegamos a comprender la razón por la que hizo esa última temporada, aunque debo reconocer que no me disgustó y que es probable que Jenny decidiera suicidarse, después de tanta locura no sería de extrañar. Cada uno tiene su teoría.
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