En octubre de 2007 La Uno de TVE estrenó la serie 'Desaparecida', que narraba la historia de una joven que la noche en la que cumple 18 años desaparece misteriosamente dejando atrás varios secretos y cuestiones que salen a la luz a medida que avanza la serie, compuesta por 12 capítulos y un largo y detallado resumen en la recta final.
Es una de esas series que te engancha desde el principio y que sabes que va a merecer la pena aunque solo sea por descubrir quien es la persona responsable de la desaparición y posible muerte de la muchacha. También hay que decir que los capítulos no pasan precisamente rápidos, ya que en más de una ocasión se hacen lentos y largos, pero merece la pena por llegar a un final que te deja helado.
Pese a que los diálogos y la relaciones entre los personajes son muy realistas y cercanos, algunos de los actores hacen que todo el trabajo de los guionistas quede por los suelos, con actuaciones mediocres y en ocasiones penosas. La que peor actúa, con diferencia, es la supuesta protagonista, Patricia Marcos (interpretada por una tal Beatriz Ayuso), es lógico que se meta en la piel de la chica desaparecida, ya que cuanto menos salga es mejor para el espectador. En este lado de la balanza no está ella sola, porque el actor que hace de su hermano Diego o el novio de la joven (Rubén), no son mucho mejores que Ayuso.
De todos modos, respecto a la interpretación, es de admirar la actuación de Luisa Martín, que gracias a papeles como este se ha quitado el sambenito de La Juani de Médico de Familia. Junto a ella también son grandes Carlos Hipólito (padre de Patricia Marcos) y la prima Cristina, interpretada por una de las actrices revelación de los últimos años, Marina Salas. Me atrevería a decir que Salas es la que más sorprende a lo largo de la serie, puede parecer tan dulce como maquiavélica, por ello le auguro una larga carrera profesional.
Aún así, otro traspiés de la serie es la interminable lista de sospechosos, aunque en los últimos capítulos el cerco se va cerrando (lo que hace que los capítulos ganen emoción e intensidad), al principio es demasiado lioso ver como se sacan de la manga personajes que en menos de 20 minutos vuelven al olvido y no sirven más que para alargar la trama principal.
Por otra parte, también me gustaría recordar la serie fallida que se creó a raíz de Desaparecida, en la que el Teniente Sierra (Miguel Ángel Solá) fue el protagonista de la misma. El título era 'UCO: Unidad Central Operativa' y se trataba de uno de los primeros spin-off creados en España, aunque no llegara a durar un mes en antena.
En cuanto al desenlace de la historia, personalmente me sorprendió que fuera la prima la causante de todo el embrollo, con la ayuda incondicional de su, al fin y al cabo, inocente padre. La envidia de la joven Cristina demostró no tener límites, y en un ataque de ira decidió dar una pedrada en la cabeza de su prima. La secuencia quedó algo cutre y forzada, incluso me atrevería a decir que fue lo menos creíble de toda la serie (dejando de lado la interpretación de alguno de los personajes, obvio).
No obstante, la mejor escena de los 12 capítulos llega al final, con la imagen del padre de la desaparecida (Alfredo Marcos) apretando la mano de su sobrina, mientras que ésta muere lentamente confesando todo lo que hizo. Es una escena grandiosa y que merece una mención especial, porque tanto Carlos Hipólito como Marina Salas bordan su papel y hacen que la serie llegue al clímax con la confesión de la joven.
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