¿Qué decir de lo ultimo de 'Twin Peaks'?

Es de las pocas veces que me siento incapaz de dar una valoración global sobre una serie recién terminada. Y no podía ser con otra, me ha pasado con 'Twin Peaks'. Este camino recorrido a lo largo de la tercera temporada ha sido tan extraño que tengo la sensación de haber estado perdiendo el tiempo, sin que la serie me aporte nada, ni siquiera me esperaba nada del final, porque por mi cabeza no pasaba la idea de que Lynch nos explicara algo de lo ocurrido durante 18 capítulos, más los treinta anteriores de la etapa predecesora.

A medida que ves los nuevos episodios de 'Twin Peaks' le vas quitando hierro al asunto, al menos eso me ocurrió a mí. Al principio lo vives con emoción, intentando descifrar cada escena bizarra del estrambótico director. Puedes sacar tus propias conclusiones, y confirmarte a ti mismo que todo lo que Lynch representa en 'Twin Peaks', y en todas sus obras, son sueños. ¿Quién no ha tenido sueños perturbadores? Pues eso, si quieres piensa que este universo que tantos seguidores ha cosechado es una ida de olla de un par de gafapastas, y así te quedas más a gusto, pero te recuerdo que 'Los Serrano' tuvo una conclusión muy parecida y no parece que gustara mucho entre el público, todavía resuenan las risas y chistes acerca de ello.

La logia ha sido otra protagonista de la temporada extra que se ha marcado Showtime. Aquella habitación mística, con suelo a rayas y cortinas rojas, que recuerda a un burdel de antaño. Allí han seguido sucediendo cosas extrañas, para variar, pero eso no nos sorprende a los que vimos las dos primeras temporadas. En esa especie de limbo se reencuentran los muertos, o los que están en coma, o los doppelgangers de turno, llámalo como quieras, y crea tu propia historia. Otra vez.

No pido que nos den todo masticado, pero esto es una tomadura de pelo. Historias sin conexión, personajes que entran y salen al tuntún y efectos especiales que parece que están hechos por un niño de cinco años. No me digáis que esas bolas en el aire no las habéis visto alguna vez en el Paint o en aplicaciones como el PowerPoint. Ni qué decir sobre la gran bola maligna con el rostro de Bob, del que también podrían haber explicado algo más, y no centrarse tanto en nuevos fichajes, como en el último tramo con el Puño de Hierro, por si esto no se había tornado lo suficientemente inverosímil ya.

Me reitero en que los primeros capítulos de lo último de 'Twin Peaks' los viví con emoción, me gustó que cuidaran la cabecera, respetando los grafimos y la banda sonora de la original. Un orgasmo. Después vimos a un Cooper malvado, que parecía que tenía una historia detrás. Otro gustazo. Incluso visitamos la Logia Negra con nuevos elementos. Genial.

Después el asunto se torció, los guiños se convirtieron en caricaturas metidas con calzador, y el omnipresente Lynch estaba dispuesto a aparecer en todos los episodios como Gordon Cole, el prescindible agente sordo que siempre me ha puesto de los nervios. No solo eso, es que veíamos a un tal Dougie en el cuerpo de Cooper, alargar la lentitud de este personaje casi hasta el final fue un error de manual, más que nada porque no hemos podido disfrutar del papel fetiche de Kyle McLachlan hasta la recta final de 'Twin Peaks'. Con mis respetos a Doug, y lo enorme que ha estado McLachlan en todo momento, en cualquier registro.

Me quedo con la sensación de que han metido mucho relleno, con cuatro episodios bastaba para recrear la atmósfera de 'Twin Peaks' y seguir, a su manera, con la historia. Laura Palmer ya no tenía nada que ver con esto, y me parece genial que innoven y sigan adelante con otras tramas, pero tal vez debería haber llamado a la serie de otra manera, y no ensuciar el nombre de la original, ni engañar a los fans, entre los que me incluyo.

Sin embargo, seré optimista y me quedaré con lo bueno que nos ha traído este regreso. Como esos tres últimos episodios, que aunque no dejen de ser cutres por sus efectos de mercadillo, nos devuelven a la historia del pueblo que da nombre a la serie, que es por lo que me volví a acercar a este nuevo proyecto de Lynch y Frost. La danza de Audrey, la locura de Sarah Palmer, la rutinaria vida de los agentes de la comisaría del municipio, y mucho mejor, el destino de Laura, y el del resto. Gracias, pero no.

Ese grito final de una chica que se parece a la que encontraron muerta hace 26 años pone el broche a una de las series más extravagantes de la historia. Y es un grito con el que nos podemos identificar, porque así de desquiciados acabamos cuando intentamos entender algo de 'Twin Peaks'. Pues hala, lo han conseguido, han vuelto a marcar un hito. odot se otsE.

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