Normalmente, el primer episodio de cualquier serie sirve para adentrar al público en la trama principal, y tienen como objetivo presentar a los personajes que nos van a acompañar durante los siguientes episodios. En '
Pulsaciones' han seguido este simple esquema, pero no lo han hecho del todo bien, porque la sensación que queda tras ver el piloto es indiferente. En mi caso,
no quiero saber más sobre la trama.
El desarrollo del piloto ha sido lento, durante más de medio capítulo se han centrado en mostrarnos a los intrépidos periodistas haciendo de superhéroes. Todo lo que rodea a esta pareja de reporteros es poco creíble, y nos ofrecen un perfil que ya hemos visto muchas veces en películas y series de televisión. Los tópicos se repiten con la trama del hospital, protagonizada por una Leonor Watling que está sobresaliente, y un Pablo Derqui que podría convertirse en la revelación de la temporada, si no fuera por lo soporífero del piloto.
El cirujano que toma sustancias sospechosas para mantenerse a tope en su trabajo termina teniendo un ataque al corazón grave, y requiere de un transplante. Casualmente, el periodista que iba detrás de un bombazo informativo muere en un "accidente" de moto, y los médicos llegan a tiempo para salvar la vida del cirujano con el órgano vital del recientemente fallecido reportero.
El reportaje de investigación del que iba detrás el periodista no está muy bien descrito en 'Pulsaciones'. Habrán dejado las explicaciones para los capítulos posteriores, hacen bien en no sacar toda la artillería el primer día, pero podrían haber creado más expectación con esta historia, que se supone que es la joya de la corona de la nueva serie de Antena 3. El inicio se hace muy lento, pausado, y esto podría tener un pase si la narración no fuera tediosa. Logran acelerar cuando el protagonista empieza a detectar visiones y sonidos provenientes del corazón de su donante, de golpe y porrazo meten el turbo, y la historia queda todavía más descompensada.
Parece que aquella teoría loca de Mariló Montero en 'Las Mañanas de La 1' ha dado para una serie, y no podía ser otro el productor que Emilio Aragón. Sinceramente, me parece una chorrada el hecho de que a través de un corazón se trasladen de un cuerpo a otro visiones y sentimientos, "el alma", que diría la popular presentadora. No deja de ser una ficción, pero parte de una base anodina que desde mi punto de vista no tiene ningún tipo de interés, con personajes masticados y situaciones surrealistas.
Lo mejor de todo es que Antena 3 sigue apostando por los dramas de calidad, a lo que factura audiovisual se refiere. La fotografía vuelve a aprobar con nota, como nos tiene acostumbrados el canal en sus últimas ficciones, algo que no debemos dejar de aplaudir. Falla el guion, tanto las conversaciones como los personajes están muy trillados, y a pesar de que Watling y Derqui estén bien, la periodista me pone de los nervios, demasiado intensa para mi gusto. Destaco lo positivo, la apuesta por lo arriesgado, y la línea de calidad visual que sigue el canal. Para todo lo demás, que la siga al que le haya gustado. Yo me bajo.