¿Por qué tienes que ver 'BoJack Horseman?

Una de las series de Netflix que pasa desapercibida, pero ya va camino de la tercera temporada, es 'BoJack Horseman'. No está entre las más vistas ni las mejor valoradas de la plataforma streaming, pero tiene su público, y todo el que la ve acaba rendido ante este Universo alocado que tiene más de real que de ficción.

La historia gira entorno a un caballo que en su día fue estrella de Hollywood, y ahora apenas le llaman para hacer anuncios de segunda. Está sumido en una depresión que intenta disimular mediante alcohol, fiestas y sexo, pero realmente BoJack está solo y amargado. Su ex lleva su desértica agenda, ella es una gata rosa sin pelos en la lengua que no tiene reparos para decir al que fuera su chico lo que piensa de él, aunque en el fondo se siguen guardando cierto cariño.

Ahora el famoso caballo quiere escribir sus memorias, y le ayuda Diane, una muchacha normal y corriente que tiene una relación sentimental con un perro, PeanutButter, estrella actual de Hollywood y competencia de BoJack. Aunque van de amigos, en realidad la envidia del caballo se deja ver en cada conversación, aunque el perro es tan insulso y de encefalograma plano que no se entera. Por si eso fuera poco, BoJack también está dispuesto a conquistar a Diane, escritora de su libro y novia de su amigo.

A estas alturas ya sabemos que los dibujos animados no son sinónimo de series infantiles, ni mucho menos. Cada vez salen a la luz más ficciones de este tipo, que además dan mucho más juego que las convencionales, ya que se pueden hacer virguerías que son más complejas de interpretar con actores de carne y hueso.

No solo eso, la esencia principal de 'BoJack Horseman' es que sus personajes son histriónicos, no sólo por sus extremas personalidades, sino también por el físico. Un gran abanico de animales protagoniza la serie, con secundarios y extras que no pasan desapercibidos, peces que son bailarinas, gallinas empresarias o pájaros paparazzi son unos pocos ejemplos de todo lo que nos podemos encontrar en cada escena de la serie.

Las apariciones de estos animales se intercalan con las de seres humanos, que también tienen presencia en la ficción, aunque son igual de extraños o de normales que la fauna. Tratan la diferencia de especies con total naturalidad, ni siquiera hacen referencia a ello, no importa si tu novia es rubia o un búho, aquí lo importante sí que está en el interior, no les queda otra.

A pesar de tener aspecto infantil, por ver animales hablando, los problemas que se presentan en 'BoJack Horseman' reflejan la realidad, y no son aptos para niños. Tiene un deje de 'Californication', por la frustración del protagonista y por su sed de sexo, alcohol y éxito, no necesariamente en ese orden.

No es otra serie que venera la vida de los actores y ensalza la cuna cinematográfica. En 'BoJack Horseman' hablan sin tapujos de la cara mala de Hollywood y de las crisis de los actores, guionistas o directores de cine y televisión. BoJack fue el protagonista de una serie exitosa de la década de los 80, pero ahora a duras penas le recuerdan, y si lo hacen es para desgracia del actor. Además, en la segunda temporada podemos ver cómo han evolucionado los niños que hace veinte años trabajaron con él en la serie que le lanzó a la fama, reflejando una vez más la losa con la que deben cargar toda su vida los niños actores.

Me gusta 'BoJack Horseman' por lo que representa, y por cómo lo hace. Algunas tramas son más estúpidas que otras, dentro de un Universo en el que conviven animales bizarros con personas no se puede pedir cordura. Sin embargo, la duración de cada capítulo ronda los 25 minutos, y son temporadas cortas de 12 episodios, por lo que es fácil de digerir, y cuando menos lo esperas ya estás ansiando una nueva aventura de la fauna de BoJack.

Netflix vuelve a acertar con esta comedia que empezó en 2014. Este verano estrenarán la tercera temporada, compuesta por 12 nuevos capítulos que van a seguir recorriendo la vida de este antipático caballo. El reparti además no está nada más, podemos ver en la ficha técnica desde Will Arnett ('Arrested Development') hasta Aaron Paul ('Breaking Bad').

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