¿Por qué no ver 'GH Revolution'?

'Gran Hermano' ha vuelto a nuestras vidas, pero de una manera diferente. Si el año pasado echamos de menos a Mercedes Milá, esta vez ha habido otros cambios que no deberíamos dejar pasar por alto. Ahora que Jorge Javier Vázquez estaba cogiendo ritmo y se le ve más en su salsa, van los lumbreras y nos quitan otras cosas esenciales para el reality show.

El casting parece que promete, por fin se han desecho de descartes de 'Mujeres y Hombres y Viceversa' aunque alguno queda, y han escogido concursantes más maduros, para recuperar a los seguidores de las primeras ediciones de 'Gran Hermano'. Muchos rondan los 30 años, alejados de la veintena, como ocurría en las últimas ediciones. Esto me parece uno de los pocos aciertos de lo que vamos de 'GH Revolution', que una vez más ha transmitido más emoción en sus promos que en las primeras galas.

A partir de ahora me centro en las cuatro razones por las que ya no merece la pena ver 'Gran Hermano'. De hecho, la gala de nominaciones me negué a verla entera, apagando la televisión antes de medianoche.

¿A quién se le ocurre iniciar el concurso sin avisar? Como golpe de efecto está muy bien, pero los espectadores no nos enteramos de nada. Hay historias que ya han comenzado en esas 48 horas, las primeras miradas, las presentaciones, los roces y las reacciones. Nos han privado de esos inicios que suponían lo mejor de 'Gran Hermano', y a la vista está que a la audiencia no le ha gustado. Fue la gala cero menos vista de la historia, y no será porque no lo merece. Nos quedan unos días escuchándoles hablar de gente que no conocemos, porque hay 80 personas que tienen en común, y en ese universo en el que todo se magnifica, esas 48 horas para ellos habrá sido toda una vida.

El hashtag ha sonado con fuerza en las redes sociales los últimos días, y no es para menos. Nos han privado también de "la vida en directo" de la que tanto presumen. Solo nos quedan los resúmenes encorsetados y los vídeos de las galas con sus musiquitas de amor, terror y reggaetones varios, siempre para influir en la opinión del espectador. Gracias al 24 horas nos enterábamos de lo que el programa no nos quería mostrar, y es por eso por lo que han preferido quedarse ellos con todas las imágenes, dando un paso atrás enorme, y cargándose 'Gran Hermano' por completo. Ellos se lo guisan, pues que ellos se lo coman.

Para colmo nos quedamos sin las nominaciones tradicionales. Esto puede resultar atractivo hasta cierto punto. Es una vuelta de tuerca y algo que no esperaban ni ellos ni nosotros, vale. Aun así, no me termina de convencer, lo interesante de las nominaciones es dejar volar la imaginación de los más estrategas, y crear disputas por el típico "tú me has nominado", y las posteriores venganzas o traiciones. Además, hacen que la gala sea más sosa, ya no tienen que desfilar por el confesionario, ahora lo decide el público, y obviamente no dirán el resultado casi hasta las dos de la madrugada.

En relación con la última frase, podemos añadir como punto negativo para ver 'GH Revolution' la extensión de galas y debates. No es necesario alargar tanto estas citas, sobre todo cuando no tienen nada que contar. Rodearse de familiares, que obviamente van a decir solo cosas buenas de los suyos, escuchar los chistes y juicios de Jorge Javier, o lanzar preguntas al público que no van a servir de nada, solo tienen como objetivo rellenar cuatro horas de gala. Esto no es algo nuevo, llevan muchos años con esta táctica que a Telecinco le funciona para inflar el share del cómputo global de la gala, porque si solo se emitiera en prime-time no lideraría ni la mitad de las veces. Por no hablar de la importancia que dan en los debates a los comentaristas, y no tanto a los verdaderos protagonistas del concurso. Ya están dando bombo al regreso de Mª Teresa Campos. Pues muy bien, oye.

Dale al Stop en Twitter e Instagram