'Orange is the New Black' arranca con la tercera temporada como referente

Las dos primeras temporadas de 'Orange is the New Black' fueron apoteósicas, innovaron en la industria de la televisión y nos trajeron personajes de lo más variopintos dentro de un marco coral. La tercera temporada no se alejó en absoluto del perfil marcado por la ficción de Netflix y sus protagonistas, pero se dejaron llevar más por las relaciones entre presas y funcionarios de prisiones que por la acción. Y el humor característico de la serie ganó peso.

El comienzo de la cuarta temporada ha ido cogiendo forma hasta el cuarto episodio. La intriga ha ido in crescendo, con tramas en las que gana peso. Hay una historia que marca el ritmo del arranque de temporada, y es la protagonizada por Alex Vause y su peculiar nuevo círculo de amistades. Lolly no está bien de la cabeza, lo dejó claro la temporada anterior, y este año está sacando de quicio a las mujeres que comparten con ella un secreto, y un homicidio. Frieda, una de las más veteranas de la cárcel, quiso ayudar a Alex y Lolly con el asesinato de aquel agente que fue a por Vause, y seguramente se tratara de un infiltrado que sigue las órdenes del hombre que hizo que Alex acabara en Litchfield.

En esta trama también está involucrada Red, flaco favor que le ha hecho Vause contando a la rusa sus problemas con el enterramiento del cadáver. Lolly se ha ido de la lengua con Healy, pero menos mal que todos la toman por loca. Si algo tiene 'OiTNB' es destreza para resolver los problemas de las presas, y seguro que nos sorprenden, para bien, con la resolución de este laberinto en el que se han metido Alex y compañía.

Y mientras que la morena gana protagonismo en la comedia negra, Piper es ninguneada por los guionistas, y no hacen mal, porque su historia de bragas sucias ya empieza a cansar. Ante el odio que muchos espectadores sienten hacia Piper yo siempre me he posicionado a favor de la protagonista, que ha tenido, hasta ahora, una evolución importante. No obstante, le hace falta una trama más potente y una presencia mayor, aunque son muchas en Litchfield, y me parece lógico que no todo le tenga que pasar siempre a ella, ya tuvo suficiente en la primera temporada con todas en contra. Y parece que se acerca a la misma situación.

Las latinas cada vez son más, tras la entrada de nuevas presidiarias, el grupo de la cárcel se ha hecho fuerte, y María no ha dudado en liderar. Se han posicionado contra Piper, y están dispuestas a arrebatarle el negocio de la ropa interior. La rubia se está quedando sola, y ya solo le queda la nueva reclusa que se ha propuesto complicar la vida a una Piper que ya ni piensa en su vida de fuera.

Respecto a las negras, siguen aportando la chispa cómica de 'OiTNB'. En la segunda temporada pasaron por un largo periodo dramático, que terminó con la salida de Vee de la cárcel. Después se han centrado en sus conversaciones y discusiones que suelen tener miga, pero que no aportan un hilo argumental potente a la serie. Además, el grupo se está abriendo a otros horizontes, ya está dentro Soso, muy pegada a la adorable Poussey; y casi de manera impostada tienen también comiendo en la misma mesa y durmiendo en la misma litera a la primera presa de Oriente Medio, Alison, que ha levantado ampollas en una parte importante del grupo.

Por otro lado, los funcionarios siguen teniendo sus problemas personales, e incluso en el pasado tuvieron obstáculos no muy diferentes a los de las presas. Así lo demuestra la historia de Healy, del que hemos conocido su infancia marcada por el bullying y la desaparición de su madre enferma. Este hombre no ha superado la pérdida, y tal vez por eso se sienta tan bien asesorando al resto de personas con problemas, empezó acogiendo en su despacho a la famosa Judy King, ahora en Litchfield con algunos privilegios cual Pantoja, pero ella no se siente cómoda con el pobre hombre. Healy ha llevado a su terreno a Lolly, con la que tiene trabajo para largo.

Caputo continúa con sus problemas como director de la prisión, y se le multiplican gracias a Sophia Burset, que estaba en aislamiento y ha provocado un incendio para poder salir de allí. Puede que acabe en un sitio peor después de su atrevimiento, y por ella se han visto obligados a sacar a otras presas como Nicky, a la que se echaba de menos, y tiene mucho que echar en cara a Luschek. Además, el funcionario es uno de los más veteranos, ya que el resto fue despedido y han sido sustituidos por unos incompetentes de cuidado, ahora reforzados con unos agentes de seguridad nada amigables.

'Orange is the New Black' tiene cuerda para rato, y me alegra que vaya a haber como mínimo un total de siete temporadas. Todavía nos queda mucho por ver de Lorna, Pensatucky, Boo, Taystee y el resto de presas.

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