'Mom' se consolida en el humor negro

La segunda temporada de 'Mom' ha finalizado, y por suerte para sus seguidores, a partir de septiembre habrá más capítulos de la comedia de CBS. Chuck Lorre (creador también de 'The Big Bang Theory') ha diseñado una sitcom que poco tiene que ver con el otro éxito que maneja en el mismo canal, aunque no ha dejado de recibir el respaldo de sus fieles pese a una temporada rara.

El término "raro" es muy global, pero cualquiera que haya visto el último tramo de 'Mom' comprenderá a lo que me refiero. La comedia ha dado un vuelco importante en su narración, incluso en el género. La serie de Anna Faris y Allison Janney ha tanteado el drama, y no solo en una ocasión, sino en varias, dejándonos un sabor agridulce.

A mi parecer, este cambio no ha sido malo, además diferencia a 'Mom' del resto de comedias del mismo estilo. Aún así, la 'Mom' de la primera temporada me encantaba, no creo que fuera necesario cambiar de rumbo tan drásticamente, y de manera precipitada. La parte positiva es que ha introducido este peculiar giro de forma natural, y no ha perdido la gracia, situándose en un humor negro que no te deja de sorprender.

El año pasado ya probó este tinte negro con el cáncer de Marjorie, y ahora lo ha vuelto a repetir no solo con esta trama, sino con varias más: la muerte, el alcoholismo, la huida de Roscoe, el pasado de Regina o las múltiples peleas con cada vez más toques dramáticos entre madre-hija-abuela. Las broncas de Christy y Bonnie siempre son geniales, pero en los últimos episodios me ha parecido que se pasaban un poco, todo era demasiado extremo y constante, quizás deberían hacer que firmen una pequeña tregua, veremos si el final de la temporada es el principio de algo.

La season finale no ha sido nada emocionante, no parece que vaya a haber grandes giros de cara al comienzo de la tercera etapa de 'Mom'. Queda en el aire el matrimonio de una estúpida Violet que cada vez sobra más, la decisión de Roscoe sobre con quién irse a vivir o las subtramas de las compañeras de Christy y Bonnie en alcohólicos anónimos.

La introducción de nuevos personajes regulares también me ha chocado, sobre todo teniendo en cuenta que el eje indiscutible de la serie es el dúo formado por madre e hija. No obstante, tampoco le ha venido mal a 'Mom' contar con un perfil como el de la pija Jill, que en pequeñas dosis hace agradable sus escenas. Recuperar a Regina también ha sido un acierto; incluso la llorona tiene su punto, siempre y cuando se quede en un papel muy recurrente. Por otra parte, que Baxter o las tramas en el restaurante de Christy hayan disminuido sus apariciones considerablemente me parece extraordinario, eran unos de los puntos más flojos de la comedia.

Puede que 'Mom' haya bajado el listón de una temporada a otra, pero me sigo partiendo de risa con Faris y Janney, que llenan la pantalla cada vez que aparecen en ella, sobre todo cuando lo hacen juntas. El resto del reparto no destaca especialmente, pero ellas levantan solitas la serie entera, además el humor negro del que cada vez abusan más le ha venido bien a la comedia, aunque tal vez deban rebajarlo algo y parar de crear desgracias en las vidas de estos disparatados personajes.

Dale al Stop en Twitter