'Mom' 7T: Todas han encontrado su zona de confort

'Mom' sigue siendo una de las mejores sitcoms del momento, su evolución ha sido contundente y ya lleva unas cuantas temporadas centrada en el grupo de amigas que acuden a reuniones de alcohólicos anónimos. Un grupo que cada vez es más numeroso, si sigue creciendo no van a caber en su reservado de la cafetería que frecuentan, en la que, por cierto, no paran de comer.

Este año los dramas de las protagonistas se han tomado un descanso, la comedia ha hecho honor a su género y ha preferido no ahondar en la tragedia de Bonnie y Christy. En cambio, otras compañeras sí han experimentado historias tristes, como ya es habitual en 'Mom'. La serie de NBC comprobó en anteriores temporadas que tiene buena mano con las tramas dramáticas, llevándolas a un punto lacrimógeno, pero sin regodearse en él. Siempre tienen preparado el chiste oportuno para sacarte una sonrisa.

Marjorie perdió a su marido, y para evitar quedarse sola, con sus gatos, recurre a una singular compañera de piso: Tammy. La exconvicta se ha adaptado de maravilla al grupo de amigas, ahora trabaja en el bar de Adam y se comporta como una hija con Marjorie, discusiones constantes incluidas. Este año el verdadero drama de la veterana ha sido por su nieta, a la que su hijo no dejaba conocer. Las vivencias del chico en su juventud, con su madre sumida en el alcohol, han dejado en él un recuerdo nefasto de la mujer responsable que hoy conocemos. Con el tiempo ha podido recuperar la confianza, aunque en el capítulo en el que intenta ejercer de abuela la niña pasa por todos los brazos. Uno de los más divertidos de la temporada, junto a la season finale.

Jill también ha tenido algún momento de bajón. Su sueño de ser madre se desvanece, de hecho, se ha dado por vencida. Es un claro ejemplo de que el dinero no te da la felicidad, Jill está acostumbrada a comprarlo todo, pero la fertilidad no tiene precio. Probablemente pronto la veamos indagando en nuevos métodos para convertirse en madre, un papel que no le pega en absoluto, pero podría ser una vuelta de tuerca interesante para este personaje que cada año es más divertido.

Las que empezaron siendo protagonistas absolutas de 'Mom' cada vez están más igualadas al resto. Por suerte, esto no nos priva de seguir disfrutando de sus discusiones en cada episodio. Adam sigue viviendo con madre e hija, aguantando los envistes de ambas, particularmente los de Bonnie, a la que ya ha pillado el truco. Es una pareja a la que deseo que le vaya bien, aunque sinceramente me gusta mucho más ver a Bonnie en solitario, o acompañada por su hija.

Este no ha sido el año de Christy, en ninguno de los sentidos. La rubia apenas ha tenido tramas para sí misma, siempre haciendo de pegote en los problemas de sus amigas. Cuanto más parece que sienta la cabeza más perdida se encuentra. Ahora que su carrera avanza y sus recaídas en el alcohol ya son historia, Christy necesita encontrar el amor. El último episodio nos puede servir de antesala de lo que veremos en la octava etapa, ¿una Christy lesbiana? No me sorprendería, aunque también puede que la escena final quede en una simple anécdota. Espero que aprovechen para explorar ese terreno en el que seguro que Christy no decepciona.

Tímidamente, 'Mom' ya ha alcanzado su séptima temporada, con una octava confirmada. No me canso de ver las historias de este grupo de amigas que no paran de tropezar. La serie gana con las tramas corales, en las que las seis se unen, incluso Wendy, a la que ya aceptan como una más, pero con reservas.

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