Tras ocho temporadas de '
Modern Family', la montaña rusa que supone ver esta serie ya se ha convertido en todo un clásico . Dependiendo de la semana
puedes estar ante un capítulo mediocre o puede que estrenen uno de esos episodios que recuerdan a las primeras etapas de la comedia.
'Modern Family' se hace repetitiva, y aunque tengan momentos de lucidez en los que sacan a pasear su brillantez, la serie de ABC necesita una retirada a tiempo. Ocho años son suficientes para que una comedia haya mostrado todo lo que debía demostrar a la audiencia, y este es el caso en el que los personajes llevan sin evolucionar desde la tercera o cuarta temporada, así que no nos perderíamos nada si los Pritchett-Dunphy se despidieran para siempre.
En su día pasó por una serie rompedora, con unas tramas redondas quee cada semana se superaban y enganchaban como pocas comedias consiguen hacerlo. La televisión ha evolucionado, pero los guionistas de 'Modern Family' siguen contando las mismas historias, y con los mismos personajes, que en muchas ocasiones son todo un acierto, pero desde que los niños ganaron protagonismo y crecieron esto se ha convertido en un despropósito.
Dar más espacio a los ahora adolescentes de la familia ha fastidiado la esencia de 'Modern Family'. Las tramas de los Dunphy han ido cayendo en picado, en gran medida por la actuación penosa de Luke, aunque sus hermanas tampoco es que sean la panacea, pero siempre tienen algo más interesante que contar, y no dan repelús. Manny tuvo gracia hasta hace cinco años, repetir el mismo rol durante tanto tiempo ha pasado factura en el chaval. Ver a un niño que se comporta como un viejuno tiene su gracia, pero cuando ya se va acercando a la edad adulta y tiene los mismos diálogos que en temporadas anteriores pierde toda la magia.
Hasta Lily está creciendo de manera frenética y el desgarbo que mostraba en etapas anteriores no tienen gracia ahora, solo deja en evidencia lo mala actriz que es la niña, aunque de momento me sigue despertando simpatía, a ver lo que le dura. En cambio, el peque de la familia todavía tiene a su favor la corta edad, así que le queda tiempo por seguir siendo adorable. Está claro que los niños tienen que crecer, pero no por ello les deben dar más minutos en pantalla, siempre pueden ir a la Universidad, de Erasmus o prosperar lejos de sus padres, para que no les tengamos que ver en todos los capítulos.
Los adultos de 'Modern Family' sí cumplen las expectativas, no como en sus inicios, pero eso suele ocurrir en cualquier ficción. Cam y Mitchell siguen con sus celos por destacar y por ser mejor padre, mejor persona o mejor "gay", todas sus tramas giran en torno a lo mismo, ganan puntos cuando se separan, aunque también tiene su aquel verles rivalizar como niños, menos mal que Lily pone orden en esa casa, y ahora con una nueva inquilina, la trastornada hermana de Cam.
Gloria y Jay siguen demostrando su amor, ella a grito pelado, y él de manera sutil, no vaya a ser que pierda su "hombría". Son la pareja más entrañable de la serie, y ahora con el pequeño Joe tienen nuevas tramas que pueden revitalizar a estos personajes, aunque de Gloria lo mejor sigue siendo su acento forzado y sus anécdotas familiares en Colombia.
Por último, Phil y Claire se han estancado como padres que están deseando disfrutar de la soledad, con los hijos fuera de casa. Cada temporada emiten unos cuantos capítulos centrado en el matrimonio escaqueándose, o cambiando de roles para que no le toque siempre a ella ser el "poli malo". A veces consiguen sorprender y te arrancan una sonrisa, pero no siempre, y cada vez menos.
En definitiva, 'Modern Family' sigue siendo una buena serie, pero no es ya ni la sombra de lo que fue. No le queda mucho que aportar, ahora falta que sigan girando, como mínimo dos temporadas más, sobre las mismas tramas, con personajes estancados de los que siempre guardaremos buen recuerdo. Ya es demasiado tarde para una despedida a tiempo, qué pena.