'Misfits', cuando una serie no sabe poner fin a tiempo

El canal británico E4 no se da por vencido, lejos de querer finiquitar de una vez por todas la moribunda 'Misfits', la cadena deja un final abierto y anuncia tras el capítulo final que en 2013 despejaremos las débiles dudas que ha dejado esta cuarta temporada. Y digo débiles porque no merecen otro adjetivo, las tramas que quedan abiertas no llegan a la suela de los zapatos a lo que en su día fue esta serie, ahora más centrada en las relaciones sentimentales de los protagonistas que en los actos vandálicos y políticamente incorrectos de los personajes.

A 'Misfits' no le ha quedado más remedio que renovar su plantilla de actores, tras la espantada del final de la anterior temporada, sumada a la triste marcha de Robert Seehan (Nathan en la ficción). Al principio de esta nueva etapa conocimos a Jess y Finn, una pareja peculiar y que encaja perfectamente en el perfil de la serie, lástima que los guionistas estén empeñados en emparejar a todo aquel que entre en este grupo de antisociales. No obstante, la cabezonería de Finn por conseguir a la chica desemboca en una serie de situaciones cómicas en las que el pobre desafortunado siempre sale perdiendo, como cuando Jess prefiere estar con un chico con vagina (ese es Alex) antes que con el pequeño (y a veces adorable) Finn.

Algo tiene la serie que hace que sus protagonistas parezcan adorables pese a ser unos groseros, el caso más claro es el de Rudy, él sigue siendo un descarado, y el sexo es su tema preferido, en cualquiera de sus variantes. En la cuarta temporada los guionistas tampoco han querido dejar a Rudy sin trama romántica, nada más y nada menos que con una monja, aunque la historia ha tenido un desenlace más bien dramático, otra vez será Rudy.

Los nuevos capítulos empezaron con Curtis como único veterano de 'Misfits', pero en el cuarto episodio él también se fue para siempre, regalándonos un final impactante y uno de los mejores episodios de la serie, algo bueno tenía que dar Curtis, el personaje más plano y aburrido con creces. La historia de los zombies se recuperó para despedir al atleta, un final que a mi parecer debió llegar hace tiempo.

De este modo, los responsables del serial han seguido intentando tapar los huecos dejados por los protas, tarea complicada. A Alex nos lo han ido introduciendo poco a poco, pero no creo que sea un personaje de largo recorrido, su historia con Jess no da más de sí, y el robo de su pene ya está zanjado, y menos mal que dieron a esa trama un final digno, no había por donde cogerla, hasta que la conversación con la transexual me hizo cambiar de opinión, al menos valió la pena. No imaginé que la historia de la vagina de Alex nos dejaría una moraleja.

Más tarde conocemos a Abbey, una chica sin poder aparente, su única peculiaridad es que tras la tormenta perdió la memoria, algo que en un futuro seguramente dé para varios capítulos. Abbey aparece por primera vez en el capítulo del conejo asesino, y cualquiera que lo haya visto lo recordará, ya que fue memorable. Realmente se trata de otro de los pocos episodios aceptables que han emitido este año, la fiesta en el piso, el funeral en el que se cuelan, los números en la frente y su significado...

El balance de la temporada sería pasable, con altibajos (predominando los bajos por encima de los altos), pero es cierto que 'Misfits' ha tenido capacidad de evolución, a algunos os habrá gustado más que a otros, pero los nuevos personajes encajan perfectamente con el ambiente de la serie y las tramas a veces recuerdan a otras pasadas, aunque no pierden el factor sorpresa con el que la serie siempre cuenta.

'Misfits' debería haber terminado con la marcha de Simon y Alisha en al tercera temporada, y con más razón cuando supimos que Kelly tampoco seguiría, ahora la serie se deja ver, pero nunca volverá a ser la misma que en su día me engatusó, su época dorada pasó hace tiempo.

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