(Contiene spoilers del capítulo 1x01)
El primer episodio de ‘
Merlí: Sapere Aude’ sigue fiel a la serie original que terminó hace ya unos dos años. Movistar + ha rescatado esta joya en formato spin-off,
protagonizada por Carlos Cuevas, que vuelve a meterse en la piel del cautivador Pol Rubio. La historia continúa más o menos en el mismo punto que quedó la serie de TV3, tres meses después de la muerte de Merlí Bergeron.
A pesar de tratase de un spin-off, en ‘Merlí: Sapere Aude’ también rescatan personajes de la serie predecesora, exceptuando, como no, al protagonista de esta nueva aventura, Pol. En el primer episodio vuelve a interactuar con Bruno, dando continuidad así a su complicada relación. Una amistad llena de tensión sexual que ha llegado a culminar en algunos momentos, y que gracias al flashforward del final de ‘Merlí’ sabemos que tendrá final feliz.
Francesc Orella también reaparece en forma de fantasma para rescatar al sabio protagonista de la primera ficción. El que fuera profesor de filosofía en el Instituto Àngel Guimerà empuja a Rubio desde su subconsciente a que siga su instinto, su hambre de aprender. Le anima, a su manera, a que intente dedicarse a aquello que tanto le gusta y que descubrió de la mano de Merlí: no dejar de preguntarse constantemente y estudiar la complejidad del ser humano.
La entrada a la universidad
El salto a la universidad es rápido, no se andan con rodeos en esta presentación, donde los importantes son los personajes. Pol no tarda en conocer a Biel, el hijo del rector, un chaval abierto y simpático con cara de despistado, pero muy adorable. Todo lo contrario a Rai, figura que atrae no solo al protagonista, es un rompecorazones, un alma libre al que le gusta provocar, sobre todo a su madre. Sin ir más lejos, se acuesta con una de las mejores amigas de su adinerada progenitora.
Minerva es la antítesis de este chico, una argentina hippy acostumbrada a la independencia, mientras que Oti es una chica de pueblo que llega a la ciudad con hambre de aprender. No solo quiere abrirse en lo referente a los estudios, sino también siente curiosidad por las personas de su entorno, a las que no tarda en pegarse como una lapa.
No son los mismos a los que conocimos hace años en el Àngel Guimerà, pero seguro que pronto acabamos acogiéndolos en nuestros televisor con la misma calidez que a los protagonistas de ‘Merlí’. De hecho, no tardan en mencionar a algunos de ellos desde el piloto, porque es spin-off sin complejos y sabe que bebe de la anterior.
De cara al claustro, me quedo con el personaje de María Pujalte, una profesora deslenguada, atrevida y original. Es imposible no acordarse de Merlí cuando escuchas a María Bolaño, que no duda en describir la cruda realidad sin tabúes, enfrentando a los alumnos a sus miedos y provocando a todos ellos desde el primer minuto. En lo personal también debe ser la bomba, no hay más que ver su relación con la hija o con la compañera de trabajo de la que fue profesora.
‘Merlí Sapere Aude’ tiene muy buena pinta. La primera temporada consta de ocho capítulos, ya disponibles en la plataforma de Movistar, que vuelve a acertar con una ficción nacional, y ya van unas cuantas. Dejan las intenciones claras desde el principio, y no solo en cuanto al guion, también respecto al tipo de escenas que quieren mostrar y el tipo de público que quieren atrapar. Empezar con un primer plano del culo de Carlos Cuevas es toda una declaración de intenciones. A partir de ahí que cada uno haga su juicio de valores.