(Puede contener spoilers de los dos primeros capítulos)
Los estrenos que hemos conocido hasta el momento son más bien flojos, pero puede ser que Showtime nos traiga un poco de luz a este panorama tan desolador.
'Masters of Sex' es un drama bien trabajado y con los detalles cuidados, pese a su sobria estética la ficción trata un tema caliente, el sexo en todas su variantes.
Tras los dos primeros episodios somos conscientes de que en '
Masters of Sex' no van a censurar ninguna conversación que tenga el sexo como telón de fondo, eso no quita para que los desnudos se rijan como lo hacen el resto de series o películas, con limitaciones, en las que hasta el momento
hemos visto más del cuerpo femenino que de la figura masculina, para variar.
Ramalazos feministas aparte, la historia no tiene desperdicio, está basada en el trabajo que llevó a cabo en al década de los 60 el prestigioso ginecólogo William Masters (Michael Sheen), con la ayuda de Virginia Johnson, interpretada por una crack como Lizzy Caplan, que además de guapa demuestra tener unas dotes como actriz que hasta ahora muchos desconocíamos, atentos porque puede ser la sorpresa del año.
Virginia está llena de vida, es como si viviera en una época que no le pertenece, no le importa lo que piensen los demás por estar abierta al sexo, siempre y cuando su dignidad no esté en juego. Es madre soltera, y en la serie veremos como el trabajo que lleva a cabo junto a Masters le resta tiempo a esa vida social y familiar que seguro que a ella no le hará gracia perder.
Masters, en cambio, es un doctor serio y riguroso, su obsesión por procrear perturba a su mujer, Libby Masters, que echa en falta algo de cariño tanto fuera como dentro de la cama. Lo que Libby no sabe es que son los espermatozoides de William los que no reaccionan, sintiéndose impotente por no poder dar a su marido lo que más quiere en esta vida. Libby seguro que será una pieza clave en el drama de Showtime, su fría relación con Masters explotará tarde o temprano, salpicando hasta la consulta del doctor.
Entre los personajes secundarios destaca Ethan Haas, doctor en prácticas que saca de quicio a su superior, Masters. Ethan es joven y tiene ganas de descubrir en el sexo todo lo que no ha descubierto hasta ahora. Parece que Virginia puede ser su compañera de aventuras ideal, pero ella no quiere ataduras, y él no soporta el rechazo tras probar una de las mejores felaciones de su vida (o la única). La relación entre estos dos personajes está llena de giros en el primer capítulo, es decir, en 60 minutos pasamos de ver al adorable Ethan convertirse en un monstruo, y a Virginia la queremos más y más tras cada escena.
El ritmo del piloto es lento, pero no tiene nada que ver con el segundo capítulo, en el que las bases ya están asentadas y cada personaje mueve ficha de manera interesante. Ethan y su desesperación por encontrar sustituta sexual, Masters llevando su proyecto a una casa de putas, Virginia volcada en el trabajo, o Libby empezando a hartarse de los secretos de su marido. Eso sin contar con la presencia de otros personajes como Margo Martindale (escueta hasta el momento), o el Doctor Austin Langham y sus escarceos "secretos" con otra trabajadora de la clínica.
A partir del segundo episodio la serie despega, las conversaciones no tienen desperdicio y los personajes crecen a marchas forzadas. No estaba entre mis preferencias de la temporada otoñal, pero tras darle una oportunidad se ha convertido en el mejor estreno del curso, o lo que va de él.