'Madres Forzosas' acaba, pero su puerta siempre estará abierta

'Madres Forzosas' se ha despedido definitivamente tras la segunda parte de la quinta temporada que Netflix ha estrenado en junio. La secuela de 'Padres Forzosos' no ha tenido, ni de lejos, la repercusión de la original, pero se ha terminado convirtiendo en un happy place lleno de nostalgia al que se han podido adherir tanto los fans de la serie de los 90 como otros nuevos.

El humor de la comedia ha evolucionado, se ha sabido reír de sí misma y las tres actrices han estado a la altura. Con una carrera bastante corta, pero intensa, en televisión, ninguna de ellas ha seguido dedicándose a ello hasta que Netflix les dio la oportunidad hace unos años, y realmente han podido con el peso de una sitcom antigua adaptada a la actualidad. Cada vez hacía menos falta recurrir a los “padres forzosos”, ellas y sus nuevas historias ya andaban solas tras un primer empujón. De hecho, ya me cansaba bastante escuchar los gritos y aplausos cada vez que aparecía uno de ellos en escena, es un sello de la casa, pero es que casi aparecían más que los secundarios.

Los hijos de DJ también han tenido una evolución favorable. Los tópicos siguen a la orden del día y podrían haber arriesgado algo más con el personaje de Max. Nadie se cree que se lleve a una novia a la boda de su madre, a Max le han faltado dos temporadas para salir del armario. Por el contrario, me alegro de que no se hayan visto tentados a emparejar a Jackson y Ramona, esa versión de Los Serrano 2.0 les pegaba un montón, pero por suerte no ha sido así y cada uno es feliz con su pareja.

No se puede negar el tufo a naftalina que han querido mantener en 'Fuller House'. La boda triple es otra de las tramas que podría haber tenido lugar en la serie original. Todo esto ha traído más clichés y situaciones sexistas a las que no han dudado en dar alas durante las cinco temporadas. No sorprende viniendo de 'Madres Forzosas', pero me hubiera encantado una evolución en este aspecto, por pequeña que fuera.

Stephanie siempre fue mi favorita. Las tres protagonistas han sido una emulación de los actores originales, en versión femenina. DJ es la responsable y maniática Danny del futuro; Steph tiene mucho en común con el tío Jesse, incluso hobbies como la música, pero también son los más gamberros e independientes de la familia. Por su parte, no hay duda de que Kimmy es la viva imagen de Joey, pero con mucha más gracia y mucho más histriónica que el amigo de Danny y Jesse.

Las respuestas surrealistas para todo de Kimmy han ido escalando puestos, los guionistas han terminado creando un personaje digno de un spin-off. En cambio, Stephanie se ha ido abriendo más, volviéndose más sentimental, mientras que DJ ha terminado teniendo su gracia, la clave ha estado en que ha sabido reírse de su obsesiva y controladora personalidad. Una Monica Geller venida a menos.

Para terminar, destacaría como personaje revelación de 'Madres Forzosas' a Fernando, con permiso de Max, que ha ido para mi gusto de más a menos. Por otra parte, el hermano de Kimmy se pasa de tonto y Steve es demasiado aburrido, yo era más de Matt, aunque me gusta que haya terminado con la enemiga de DJ, igual que su hijo está saliendo con Rocki, hija de la enemiga.

'Fuller House' no es una serie innovadora, pero su encanto reside en la nostalgia. Esas paredes nos han trasladado durante cuatro años más a una de las sitcoms más populares de la década de los 90. Me ha gustado el desenlace, ¿para que romper algo que funciona? ¿por qué separarse? Me gusta imaginar que esa casa sigue teniendo vida, que la puerta siempre está abierta y que algún día volveremos a abrirla.

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