Puede que las series españolas estén viviendo su época dorada, pero no debemos olvidar que hasta hace bien poco la imagen de la ficción nacional estaba peligrosamente dañada, y no porque todas las ofertas fueran una basura, sino porque el público demandaba otro tipo de entretenimiento, sin reparar en la calidad del producto. Prueba de ello son algunos de los ejemplos que menciono en esta entrada, en la que solo tienen cabida las series españolas que han tenido éxito a pesar de su dudosa aptitud, ¿añadirías alguna otra?
'Ana y los 7' (La 1)
El sello de Ana Obregón influyó en la serie, para bien y para mal. La audiencia respondió de manera positiva por tratarse de la Obregón, habitual más antes que ahora del papel couché. Además, la serie tenía un corte familiar muy socorrido en la época, tenía la capacidad de reunir en el salón a pequeños y mayores, con tramas fáciles de seguir y personajes de caricatura.
Obregón iba de estrella, parecía como si tuviese la necesidad de chupar cada plano, quedando siempre como la pobre víctima, algo que cansaba y terminaba oliendo. El argumento era simplista y cutre, niñera (amiga de los niños) de día y streapper (amiga de los papis) de noche, parecía una historia sacada de un cuento para adultos. No podía faltar la mala-malísima que hacía la vida imposible a la prota, y también hubo príncipe azul y amiga mariliendre, no faltaba de nada en esta tróspida historia.
Anita sigue dando la lata con su única serie de éxito, intentando hacer creer a los espectadores que es más exitosa que '
Homeland' en Estados Unidos o vendiendo la moto de que
está preparada la continuidad de aquel esperpento.
'Los Serrano' (Telecinco)
También de corte familiar, aunque en este caso
se les fue de las manos el término "familia". Como todos sabréis, en '
Los Serrano' el objetivo principal era que los hermanos se liaran entre ellos, no una vez, sino en dos ocasiones. Primero Eva y Marcos, y más tarde Guille y Teté también cayeron en las garras del amor incestuoso, todo un despropósito surrealista y desagradable.
Las dos primeras temporadas fueron potables, la historia de amor de los protagonistas y el resto de las tramas familiares se dejaban ver, mezclando de manera correcta el drama con el humor. Todo se torció cada vez más cuando los guionistas introdujeron a destajo diálogos sexistas y machistas, más propios de cualquier caverna que de una casa moderna, como nos querían vender en las primeras emisiones.
Los actores con más gancho se iban a medida que llegaban otros con personajes mucho menos atrayentes. Hasta llegar al vergonzoso e innecesario desenlace, había mil formas de cerrar este ciclo, pero decidieron hacer lo más penoso y fácil.
'Manos a la Obra' (Antena 3)
La España de la pandereta estaba reflejada en la serie de Antena 3, Manolo y Benito se convirtieron en un hito para los sedientos de humor fácil y rancio. En un entorno de cartón piedra sucedían situaciones ridículas que tenían como eje a dos manitas dispuestos a poner patas arriba el barrio.
Solo podía haber una cosa peor que 'Manos a la Obra',
la secuela de la serie. Sí, Antena 3 decidió dar luz verde a un despropósito titulado '
Manolo y Benito Corporeision', así como lo leéis. Por suerte el público ya no tragaba con cualquier cosa y la comedia no pasó de la primera temporada, aunque realmente no distaba mucho de lo que ofrecían años atrás en la original.
Hay que reconocer que Carlos Iglesias bordaba su papel, pero los guiones producían tal grima que daba cosica estar atento a lo que acontecía en la serie. No apta para paladares delicados.
'Ala... Dina' (La 1)
Paz Padilla protagonizaba esta comedia dando vida a Dina, una genio recién salida de una lámpara que se integra en una familia tras llevar 500 años aislada del mundo exterior. La muestran como una adulta traviesa que congenia con los pequeños, podríamos decir que es
el papel que sigue interpretando ahora en 'Sálvame'.
Las interpretaciones de gran parte del elenco dejaban mucho que desear, principalmente por parte de la protagonista y de los más jóvenes del reparto. El tipo de humor utilizado en 'Ala... Dina' no aportaba nada nuevo, demostrando que se trataba de una Televisión Española anclada en la década pasada.
Padilla dejó la ficción y algo inesperado ocurrió, la serie siguió adelante o lo intentó metiendo a Miriam Díaz Aroca en la piel de Dina, que nada tenía que ver con su predecesora. No hace falta entrar en detalles para explicar que el estilo de estas dos actrices es completamente distinto, a saber quién fue el lumbreras que tomó esta errónea decisión; seguramente sería el mismo que se atrevió a alargar más del doble cada episodio en su última temporada. Así les fue.